La religiosa colombiana y presidenta de la CLAR reivindica "el rostro femenino de la Iglesia" Liliana Franco: "La voz de las mujeres tiene que resonar, y con fuerza, en este Sínodo"
"Estoy profundamente convencida de que el rostro de la Iglesia es femenino, o sea, solo mirar cualquiera de nuestras parroquias o nuestros grupos, el 70% somos mujeres. ¿Quién lee, quién visita a los enfermos, quién lidera el grupo de catequistas?"
"El aporte de la mujer en la Iglesia es muy importante, así como es el aporte en la sociedad, pero lamentablemente venimos todos en los distintos continentes de estructuras y modos sociales que son modos machistas, patriarcales en algunos casos, entonces estamos abocados a eso, a seguir caminando para posibilitar la dignidad de todos”
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“Lo que queremos todas las mujeres es poder participar en la misión de la Iglesia, pero también en las tomas de decisiones, por eso la voz de las mujeres tiene que resonar y resonar con fuerza en este espacio y en todos los espacios en los que estemos construyendo sociedad”. Son las palabras de la religiosa Liliana Franco, que ha sido invitada por el papa Francisco a participar en el Sínodo de la Sinodalidad, que se está celebrando en el Vaticano hasta el próximo 29 de noviembre.
La religiosa colombiana y presidente de la CLAR, en entrevista con Noticias Caracol, destaca el hecho histórico de esta asamblea sinodal en que "ya desde hace muchísimos años hay mujeres que asistimos al sínodo, también laicos o jóvenes que asisten a las asambleas sinodales, pero esta es la primera asamblea sinodal en que los miembros no obispos, incluidas las mujeres, vamos a tener derecho al voto. Por eso muchos consideran que es un momento histórico muy significativo. Yo pienso que, además, es una coyuntura en la que como Iglesia queremos profundizar nuestros modos relacionales y, sobre todo, nos estamos preguntando cómo servir mejor”.
“Yo creo que culturalmente -añade Liliana Franco-, no solo en la Iglesia, sino en la sociedad, tenemos una deuda con las mujeres, y estamos en un momento en el que gracias a Dios se van dando esos pasos que hacen posible que la mujer pueda participar".
En este sentido, señala que "estoy profundamente convencida de que el rostro de la Iglesia es femenino, o sea, solo mirar cualquiera de nuestras parroquias o nuestros grupos, el 70% somos mujeres. ¿Quién lee, quién visita a los enfermos, quién lidera el grupo de catequistas? Somos mujeres. El aporte de la mujer en la Iglesia es muy importante, así como es el aporte en la sociedad, pero lamentablemente venimos todos en los distintos continentes de estructuras y modos sociales que son modos machistas, patriarcales en algunos casos, entonces estamos abocados a eso, a seguir caminando para posibilitar la dignidad de todos”.
A nivel personal sobre su participación en este sínodo, afirma que "estoy contenta, muy alegre. Tengo una experiencia profunda de ser y de sentirme Iglesia, y creo que todos estamos convidados a eso, a esa mesa común, a ese espacio en el que podamos buscar juntos la construcción colectiva. Me ilusiona poder participar de un espacio con hermanas de distintas partes del mundo. La Iglesia no es sorda a lo que vive la sociedad, entonces lo que viene como temática a cualquiera de las reuniones es precisamente lo que viven nuestros pueblos, la realidad de quienes migran, la realidad de la violencia, la realidad del hambre”.