Capellán del ejército ucraniano, distribuye ayuda de emergencia y realiza evacuaciones Oleh Ladnyuk, misionero salesiano: "La guerra es vivir en peligro constante en medio del miedo, día a día"
"Justo ayer conocí a un grupo de jóvenes de 18 años que están a punto de partir para unirse a la lucha. Quería saludarlos y bendecirlos. Son sólo niños y las próximas semanas van a ser muy sangrientas"
El misionero salesiano Oleh Ladnyuk pasó en unas horas e atender el centro juvenil de los Salesianos en Kiev a distribuir ayuda de emergencia y evacuar a la población más necesitada
"Desde el pasado 24 de febrero la guerra lo ha cambiado todo. Una cosa es contar la guerra y otra vivirla cada día. Es un asedio continuo sin interrupción, el peligro es constante, pero la gente se quiere quedar, no quiere salir del país"
Duerme poco y sabe que su vida está en peligro, pero también que su labor ahora mismo está llena de significado de esperanza para las personas ucranianas que se cruzan en su camino cada día
"Desde el pasado 24 de febrero la guerra lo ha cambiado todo. Una cosa es contar la guerra y otra vivirla cada día. Es un asedio continuo sin interrupción, el peligro es constante, pero la gente se quiere quedar, no quiere salir del país"
Duerme poco y sabe que su vida está en peligro, pero también que su labor ahora mismo está llena de significado de esperanza para las personas ucranianas que se cruzan en su camino cada día
(Misiones Salesianas).- El misionero salesianoOleh Ladnyuk pasó en unas horas de atender el centro juvenil de los Salesianos en Kiev a realizar viajes casi diarios al este del país en su furgoneta para distribuir ayuda de emergencia y evacuar a la población más necesitada. Duerme poco y sabe que su vida está en peligro, pero también que su labor ahora mismo está llena de significado de esperanza para las personas ucranianas que se cruzan en su camino cada día.
Oleh Ladnyuk nació en Lviv y trabajaba en los Salesianos de Kiev con los jóvenes hasta que comenzó el conflicto el 24 de febrero. Desde ese momento, su lugar de acción se ha trasladado a la región del Donbás, donde además de ser capellán militar en el frente entre los soldados “muchos muy jóvenes”, está para prestar la ayuda de emergencia que se necesita. El salesiano evacua a personas que huyen de las ciudades donde se intensifican los bombardeos, mantiene entretenidos a los niños, lleva su furgoneta llena de comida, medicinas, generadores eléctricos para la población que se quedó sin luz eléctrica y calefacción… y todo, al servicio de los más necesitados en la emergencia.
El cambio de vida del padre Oleh ha tomado un rumbo inesperado en comparación con lo que él imaginaba: “Pensé que durante este curso continuaría con el trabajo en un centro juvenil, pero me encuentro en el frente de guerra, junto a muchachos muy jóvenes llamados a luchar. A muchos de ellos los llevo a un lugar seguro por unos días y allí, protegidos de las bombas, los veo romper a llorar por lo que están viviendo”.
Después de estudiar en Italia, el padre Oleh regresó hace siete años a Ucrania, para dirigir una escuela salesiana en Lviv y desarrollar la misión que, como salesiano, se había propuesto: estar entre los jóvenes y educarlos como decía Don Bosco, para ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.
“Vivimos en un estado de guerra desde hace ocho años, es el día a día en medio del miedo”
Cuando estalló el conflicto en el Donbás en 2014, con la intervención militar rusa y la autoproclamación de las repúblicas de Donetsk y Luhansk, fue nombrado capellán militar de las tropas ucranianas en el frente para permanecer cerca de los soldados. Recuerda que “los combates eran constantes, pero no tan intensos como hoy, sin embargo, ya había disparos y, por desgracia, muchos muertos”.
Cada verano, al menos durante un mes, el padre Oleh se encargaba de evacuar a los más pequeños de las zonas en riesgo para llevarlos a campamentos de verano en lugares seguros, lejos del sonido de las bombas. El ejército ucraniano confía en él y en su trabajo y algunos le dicen que “si tuvieran que elegir el camino religioso, les gustaría ser como yo”, reconoce de forma tímida.
"Justo ayer conocí a un grupo de jóvenes de 18 años que están a punto de partir para unirse a la lucha. Quería saludarlos y bendecirlos. Son sólo niños y las próximas semanas van a ser muy sangrientas"
“Desde el pasado 24 de febrero la guerra lo ha cambiado todo. Una cosa es contar la guerra y otra vivirla cada día. Es un asedio continuo sin interrupción -prosigue el padre Oleh-, el peligro es constante, pero la gente se quiere quedar, no quiere salir del país. Aquí vivimos en un estado de guerra desde hace ocho años, vivimos el día a día en medio del miedo”.
El salesiano confiesa que “justo ayer conocí a un grupo de jóvenes de 18 años que están a punto de partir para unirse a la lucha. Quería saludarlos y bendecirlos. Son sólo niños y las próximas semanas van a ser muy sangrientas. En lo que a mí respecta, sé que corro peligro, porque a estas alturas ya me conocen, sé que estoy en la lista de personas a las que matar, pero ahora mi vida está con esa gente”.
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