Aniversario de la muerte del cardenal Lustiger (III) Jean-Luc Marion y el cardenal Lustiger
"Jean-Luc Marion señaló que su encuentro con el cura Lustiger ocurrió siendo éste capellán (aumônier) de estudiantes en La Sorbona a finales de los “revolucionarios” años sesenta"
"Marion fue sucesor del judío Levinas en la cátedra de Metafísica de La Sorbona, y que el mismo Marion fue el sucesor del cardenal Lustiger en l´Académie française"
En la 1ª Parte, en el párrafo 4º, escribimos que esta parte se dedicaría a un filósofo y teólogo, a Jean-Luc Marion. Nuestro interés no está en que tal personaje, como otros, es de una brillantez acreditada en el actual pensamiento francés; tampoco porque hace meses escasos se publicó en España el libro A decir verdad (Ediciones Encuentro), que es una conversación con el escritor y periodista Paul-François Paoli, ya publicado en Francia el año pasado. La elección de Jean-Luc Marion estuvo determinada, en primer lugar, por su proximidad personal al judío cardenal Lustiger, y, en segundo lugar, porque cuestiones capitales de su pensamiento teológico, fueron asumidas por el Magisterio pontificio de Benedicto XVI.
I.- El cardenal Lustiger y Jean-Luc Marion:
Jean-Luc Marion quiso ver en los conceptos tan judíos, de transmisión y de continuidad, esenciales preocupaciones del cardenal Lustiger: a): su preocupación por la formación de los sacerdotes y la continuidad de las vocaciones sacerdotales, no siendo accidental que en los veinticuatros años ejerciendo de arzobispo de Paris, hubiese ordenado a doscientos veintinueve sacerdotes; b): su interés en la erección de centros de enseñanza e investigación de alto nivel: la llamada École cathédral y el Collège des Bernardins.
Jean-Luc Marion señaló que su encuentro con el cura Lustiger ocurrió siendo éste capellán (aumônier) de estudiantes en La Sorbona a finales de los “revolucionarios” años sesenta. Esa relación personal continuó siendo Lustiger párroco en Paris (Sainte-Jeanne de Chantal), luego obispo de Orleans, arzobispo y cardenal de Paris. Interesa indicar que Marion fue sucesor del judío Levinas en la cátedra de Metafísica de La Sorbona, y que el mismo Marion fue el sucesor del cardenal Lustiger en l´Académie française, ocupando el sillón que éste dejó vacante por su fallecimiento en 2007 –Lustiger, a su vez, sucedió en l´Académie al cardenal Decourtray, arzobispo de Lyon y Primado de Las Galias--.
Mgr. Claude Dagens, miembro de l´Académie y obispo, hoy emérito de Angoulème, en su respuesta al Discurso de recepción pronunciado por Marion el 21 de enero de 2010, dijo: “Fue gracias a vuestra esposa, Corinne, que habéis conocido a Jean-Marie Lustiger, que celebró vuestro matrimonio en 1970 rodeado ¡oh maravilla! del padre Daniélou, del padre Bouyer, y del abad Máximo Carlos. ¡Como si el trabajo del pensamiento no pudiera separarse del misterio del amor humano!”.
Recomiendo la lectura del Discurso de Marion y la respuesta del obispo emérito Mgr. Claude Dagens, pues en ellas, con la exquisitez lingüística que supone el manejo de la lengua francesa con rigor, se escribe de la excelencia de Lustiger y de las profundidades del pensamiento filosófico y teológico del mismo Marion. Éste dijo de Lustiger: “Con frecuencia quedé estupefacto no sólo por los conocimientos de Lustiger en todos los campos, sino también por su facilidad en el planteamiento de las cuestiones decisivas a sus invitados, ya fuera un paleontólogo, un fenomenólogo, un economista, un teórico del feminismo o de las partículas elementales”.
No fue menos brillante la excepcional respuesta del obispo Dagens, un obispo que siempre llamó mi atención por una cuestión de forma: llevar corbata y encima el pectoral, habiendo visto tal “extravagancia” indumentaria anteriormente a Mgr Joseph Doré, teólogo muy crítico y que fue Arzobispo de Strasbourg. Y también Mgr. Dagens llamó mi atención por una cuestión de fondo: gracias a él conocí mejor al Papa San Gregorio el Grande, Padre de la Iglesia latina, y citado por Benedicto XVI en Deus caritas est (Regla pastoral).
II.- Benedicto XVI y Jean-Luc Marion:
Méritos tuvo Jean-Luc Marion para recibir en 2020 el Premio de Teología, conocido con el apellido de Benedicto XVI, Ratzinger. Pero la relación estrecha entre ambos pensadores, un Papa y un seglar, está en su profundo y complejo pensamiento. Dos cuestiones del pensar teológico de Marion pasaron a Ratzinger, a su Magisterio pontificio: la cuestión de la unidad y no diversidad, en el amor, entre el eros y el agapé, (del hombre a Dios y de Dios al hombre) y el concepto fenomenológico del “don” y de la “donación”, de tanta importancia en las dos Cartas Encíclicas sobre el Amor de Benedicto XVI.
Es sabido que el pensamiento filosófico de Marion, que partió inicialmente de Descartes, se centró en la Fenomenología, destacando el mismo Marión que en el año 1900 fue el año de dos textos fundamentales: el de La interpretación de los sueños de Freud y el de Investigaciones lógicas (V.I) de Husserl. Ambos textos son de autores judíos y están redactados en alemán, que es la lengua filosófica por excelencia, de tanto parecido, según Heidegger, al griego clásico. Un no filósofo (Freud) y un filósofo (Husserl) tuvieron una preocupación común: la conciencia, uno de los más importantes conceptos de la filosofía y de la psicología modernas.
Y el concepto del “fenómeno saturado” es atribuible a Marion, filósofo fenomenológico y que aplica a la Teología instrumentos de esa filosofía, siendo la fenomenología, en expresión del filósofo José Manuel Bermudo, “un esfuerzo de desvelamiento de la estructura de la conciencia”. De eso trataremos en la cuarta y última parte, partiendo del acercamiento al Judaísmo por Benedicto XVI siguiendo a San Juan Pablo II y volviendo a analizar su renuncia al Vicariato de Cristo.
De la unidad entre el eros y ágape, en el libro A decir verdad, Marion escribe: “Es un teólogo el que afirma: Dios es Eros (Dionisio el Aeropagita). Y Benedicto XVI no dirá otra cosa en su primera encíclica Deus caritas est, publicada un poco después de la salida de mi libro (El fenómeno erótico). El papa, parece volar a mi rescate: algunos censores, con mentes afligidas, imaginaron que se trataba de un montaje. No era el caso, pero poco importa, la autoridad de la palabra pontificia hizo que la cuestión del amor volviera a ser, por fin, central para la teología”. Y llegados aquí, recomiendo la lectura, al principio de Deus caritas est” (25 de diciembre de 2005), del apartado sobre Eros y ágape, diferencia y unidad, a efectos de confrontar afirmaciones.
Mgr. Claude Dagens en su respuesta, en l´Academie française, a Marion también dijo: “No dudáis en plantear un nuevo principio interior a la fenomenología: los fenómenos, tal como afirmáis, no son objetos o estados, sino dones. Es la donación lo que los constituye y tratáis de desarrollar una “fenomenología de la donación, cuyo corazón o la cima me parece estar en vuestro libro de 1977, Etant donné”.
Y la categoría de la donación remite a otra Carta Encíclica de Benedicto XVI: Caritas in veritate, de 29 de junio de 2009.
En L´Osservatore Romano, el 8 de julio de 2009, se escribió, a propósito de Caritas in veritate: “Nei rapporti mercantili il principio di gratuità e la logica del dono come expressione della fraternità possono e devono trovare posto entro la normales attività económica (36)”.
Continuará 4ª Parte.
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