¡Feliz viernes! Ya sabemos lo que el ángel le comunicó a esos pastores que estaban al raso con sus ovejas: que fuesen a adorar a quien nació para salvarnos. Ese mensaje vamos a escucharlo hoy en los sonidos de un gran instrumento.

Antes el compositor, que es Heinrich Scheidemann (h. 1595-1663), compositor alemán nacido en Wöhrden. Fue uno de los organistas líderes de su tiempo y fue uno de los fundadores de la escuela alemana de órgano, predecesor de Buxtehude y Bach. En 1611 y 1614 se marchó a Ámsterdam a estudiar con Sweelinck. No se sabe muy bien qué hizo después, pero bien pudo trabajar como organista de Santa Catalina en Hamburgo. Sabemos que permaneció en esa posición hasta que falleció debido a una epidemia. Ahí ganó bastante dinero gracias a la efervescente actividad comercial de la ciudad, llegando incluso a conseguir que el órgano fuese ampliado en la década de 1630, siendo él mismo consultor además de profesor del instrumento. Sus composiciones circularon por toda Alemania y escribió casi exclusivamente para órgano.

Para órgano es su obra Angelus ad pastores ait. Está escrita siguiendo el patrón de una obra homónima de Lassus (tomado de sus Sacrae cantiones de 1562). Lo que escuchamos es una extraordinaria técnica que en tiempos de Scheidemann aún se conservaba: tomar un motete y embellecerlo y, de alguna forma, decorarlo con disminuciones propias de la música para órgano. El alemán era un gran maestro en la llamada tablatura de motetes, a pesar de que no era algo que fuese del agrado de los editores de su tiempo. Él sí hizo de esta técnica la base de su catálogo de obras.

La interpretación es de Joseph Rassam al órgano de la iglesia de San Martín de Amilly (Francia).