El arzobispo de Córdoba se reunió con unos 80 políticos argentinos Cardenal Rossi: “Que Córdoba se atreva al gesto profético de introducir la novedad de un estilo samaritano de hacer política”

El cardenal Ángel Rossi, arzobispo de Córdoba, se reunió el pasado 15 de junio, con unos ochenta dirigentes políticos que accedieron a su convocatoria, luego del encuentro del año anterior con quienes entonces eran candidatos en las elecciones generales.

Entre otros, asistieron el gobernador de la provincia de Córdoba Martín Llaryora, el intendente cordobés Daniel Passerini, ediles, legisladores, funcionarios, senadores y diputados nacionales.

El arzobispo de Córdoba en Argentina, cardenal Ángel Sixto Rossi convocó por segunda vez a los dirigentes políticos provinciales para reflexionar acerca del sentido de la verdadera gestión política y los llamó a atreverse a gestos proféticos que por fin pongan a la persona en el centro de las gestiones en lugar de las conveniencias personales, partidarias o ideológicas.

Citando entre otros documentos a Fratelli Tutti del Papa Francisco, el cardenal Rossi expresó que “hace falta la mejor política, puesta al servicio del verdadero bien común” (FT 154)

Acto seguido se preguntó cuál es la mejor política, afirmando que es la consiste en “trabajar a través de las diferencias para conectarnos en torno a valores compartidos, lo que resulta en soluciones creativas para el bien común”, acentuando que “se trata de acercarnos y comprometernos con quienes son distintos a nosotros”.

“Atrevámonos a los distinto -enfatizó-, basta de ser uno más. Atrevámonos al gesto profético y en rumbear por otro camino, el que pone en el centro a las personas”.

Se trata, dijo, de identificar valores comunes arraigados en la verdad y en la justicia.

“Es imperioso poner a los pobres en el centro; ellos no necesitan ser contados sino abrazados… porque el servicio nunca es ideológico, sino que extiende su mano a personas concretas”.

Parafraseando a Fratelli Tutti el cardenal Rossi ilustró diciendo que “los políticos construyen un puente donde alguien ayudó a cruzar un rio a un necesitado, si alguien ayuda a alguien con comida el político crea fuentes de trabajo”.

Luego llamó a los asistentes a que “Córdoba se atreva a un gesto profético, el que se atrevan a ser capaces de introducir la novedad de un estilo samaritano de hacer política”, para agregar: “humanicen la política! El gran y primer protagonista es el hombre, la persona. No la doctrina, no el espacio partidario, no el mercado, no yo mismo ni mis familiares…”.

“Obstinémonos en buscar a las personas en medio de la gente, acentuó, intentemos darle a la gente aquello que el medio no le dará. Estamos llamados a emprender una aventura fascinante: evitar que la persona importe menos que las cosas, que las finanzas, que los pronósticos…”

El arzobispo de Córdoba propuso a los asistentes un espacio de silencio de diez minutos “donde los invito a rezar, y aquellos que no tengan fe a que reflexionen sobre estas propuestas y su tarea”, momento donde el profundo silencio y respeto se ganaron el ambiente.