Memoria y diálogo a 50 años del golpe cívico-militar Mensaje de la Conferre a Chile: "La memoria se construye también desde el futuro, en función de un sueño que anhelamos"
La Directiva de la Conferencia de Superiores y Superioras Mayores de la Vida Religiosa en Chile confirma su anhelo de fraternidad confiando en el Señor de la Vida y de la historia, infinitamente grande en su misericordia
"La memoria no sólo se construye desde el pasado, sino también desde el futuro, proceso donde recordamos y valoramos nuestra historia común, de lo que omos, pero en función de un sueño que anhelamos, todos los religiosos y las religiosas para Chile"
"A los partidos políticos, dirigentes sociales y políticos, actores del Estado y ciudadanía en general, que asumen sus tareas por vocación y convicción, y no por intereses personales y corruptos, les pedimos con humildad"
"Mirémonos a los ojos, reconozcamos la necesidad del que está enfrente y el protagonismo necesario de su ser para vivir un mejor futuro de país. Sin violencia ni cancelación asumamos nuestras cuotas de responsabilidad, sentémonos a conversar"
"A los partidos políticos, dirigentes sociales y políticos, actores del Estado y ciudadanía en general, que asumen sus tareas por vocación y convicción, y no por intereses personales y corruptos, les pedimos con humildad"
"Mirémonos a los ojos, reconozcamos la necesidad del que está enfrente y el protagonismo necesario de su ser para vivir un mejor futuro de país. Sin violencia ni cancelación asumamos nuestras cuotas de responsabilidad, sentémonos a conversar"
Con estas palabras comienza el mensaje de la Directiva de la Conferencia de Superiores y Superioras Mayores de la Vida Religiosa en Chile, CONFERRE por sus siglas.
Enriquecer la mirada y orientar el camino
“Así, encaminados a vivir la conmemoración de los 50 años del golpe militar y las consecuencias que de ello se derivaron, nos hacemos parte de este tiempo con sus reflexiones y aportaciones que, estamos ciertos, enriquecen la mirada y orientan el camino en la búsqueda de verdad que nos une, generando la reconciliación y reencuentro fraterno que tanto anhelamos y buscamos”. Además, en el mensaje se lee:
"Como religiosas y religiosos, hemos hecho camino junto a nuestro pueblo; no hemos estado ajenos a los quiebres institucionales, ni mucho menos a los horrores que nos han roto el alma, especialmente la pérdida de la vida de hermanas y hermanos nuestros que por pensar o actuar distinto corrieron tal suerte"
“Con un sentido de profundo deber humano y cristiano, propio de nuestro ser consagrados – prosigue la directiva en su mensaje – hemos acompañado la vida, en el dolor y en la esperanza de nuestro pueblo en estos 50 años, en donde, como Jesús, experimentamos también la marginación, la negación y la muerte”.
En esa perspectiva, los firmantes afirman que “es hora de reflexionar entre todos y con fuerza, el futuro que queremos construir haciendo primero un reconocimiento a la labor de muchas hermanas y hermanos que dieron un profético testimonio de denuncia que hoy nos inspira, enorgullece y alienta a seguir viviendo el anhelo de Jesús: que todos sean uno en el amor”.
"Por eso hacemos memoria agradecida de sus compromisos y fidelidades, de sus desvelos, entregas infatigables y valientes posturas para ser la voz de los sin voz y sostén de los más débiles. En palabras de hoy, agradecemos a los santos religiosos de la puerta del lado, aquellos que dieron la vida por el pobre, el marginado, el torturado y el dolorido; samaritanos del sufriente, cirineos del crucificado y verónicas del que lloró y sigue llorando"
Lograr esa reconciliación que permita dialogar
“Hoy – se lee asimismo en el mensaje – nuestro país no ha logrado una reconciliación que nos permita dialogar con respeto y perspectiva de futuro. Por un lado, vemos que el sufrimiento sigue presente en algunos que siguen sin conocer el paradero de sus seres queridos, anhelando la verdad y la justicia, y también con dolor se ve el extremo de negar o buscar justificar hechos que nos han quebrado y dividido. Es ciertamente un panorama que nos exige seguir trabajando para buscar la paz y verdad que han de encontrarse, nunca desde la violencia o cancelación del hermano, sino desde el reconocimiento consciente que somos y estamos llamados a ser uno en Cristo”.
A cincuenta años de hechos que siguen doliendo
“Al conmemorar los 50 años de hechos que nos duelen, desde nuestro ser consagrados, invitamos de verdad al diálogo y reflexión para ser hermanos y hermanas en nuestro común territorio construyendo juntos la amistad social a que nos convoca el Papa Francisco en la Carta Encíclica Fratelli tutti”.
Reflexionar y dialogar no es asunto del pasado, sino del futuro
“Por eso a los partidos políticos, dirigentes sociales y políticos, actores del Estado y ciudadanía en general, que asumen sus tareas por vocación y convicción, y no por intereses personales y corruptos, les pedimos con humildad”.
“Mirémonos a los ojos, reconozcamos la necesidad del que está enfrente y el protagonismo necesario de su ser para vivir un mejor futuro de país. Sin violencia ni cancelación asumamos nuestras cuotas de responsabilidad, sentémonos a conversar, y acordemos lo necesario para mejorar la vida de nuestro pueblo que en los más ancianos grita mejores condiciones de vida, de los que no tienen una posibilidad de ser atendidos en su salud con dignidad y respeto, a buscar un mejor panorama formativo para nuestros niños, adolescentes y jóvenes, a buscar la vida y su defensa en todas sus etapas y expresiones; a construir nuestra comunidad humana con todos”.
Por último, “al hacer hoy memoria agradecida, de los profetas del ayer y de los movimientos sociales que siguieron el ejemplo del Buen Samaritano”, los firmantes renuevan su compromiso “de ser hoy, desde nuestra propia realidad, samaritanos del herido al borde del camino, a caminar juntos para construir un mejor futuro en paz, que sea fruto de la justicia y de la voluntad de alcanzar un bien común que incluye no sólo el cuidado de nuestra casa común sino el de todos quienes viven en ella”.