Con motivo del Jubileo y la Cuaresma 2025 Familias, migrantes y jóvenes en el centro del mensaje episcopal de la Iglesia de Puerto Rico para la Cuaresma 2025
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La Conferencia Episcopal Puertorriqueña (CEP) dirigió un mensaje al Pueblo de Dios con motivo del Jubileo y la Cuaresma 2025 como un tiempo propicio para la oración, la conversión y la esperanza
Los obispos exhortan a la comunidad católica a vivir este período renovando "mentes y corazones para ser peregrinos y sembradores de la esperanza"
La Cuaresma, según los prelados, es una oportunidad para transformar la vida personal y comunitaria, mediante el ayuno, la oración y la penitencia
Especialmente, los obispos llaman a la solidaridad con los migrantes y con aquellos que sufren cualquier tipo de violencia: "Hagamos nuestros mayores esfuerzos para llevar la paz"
"Sembremos la esperanza en todos aquellos que sufren cualquier tipo de violencia a nuestro alrededor"
La Cuaresma, según los prelados, es una oportunidad para transformar la vida personal y comunitaria, mediante el ayuno, la oración y la penitencia
Especialmente, los obispos llaman a la solidaridad con los migrantes y con aquellos que sufren cualquier tipo de violencia: "Hagamos nuestros mayores esfuerzos para llevar la paz"
"Sembremos la esperanza en todos aquellos que sufren cualquier tipo de violencia a nuestro alrededor"
"Sembremos la esperanza en todos aquellos que sufren cualquier tipo de violencia a nuestro alrededor"
(ADN Celam).- La Conferencia Episcopal Puertorriqueña (CEP) dirigió un mensaje al Pueblo de Dios con motivo del Jubileo y la Cuaresma 2025 como un tiempo propicio para la oración, la conversión y la esperanza.
Conversión de mente y corazón
Bajo el lema “Peregrinos y Sembradores de Esperanza”, los obispos exhortan a la comunidad católica a vivir este período renovando “mentes y corazones para ser peregrinos y sembradores de la esperanza”. Especialmente, los obispos llaman a la solidaridad con los migrantes y con aquellos que sufren cualquier tipo de violencia: “Hagamos nuestros mayores esfuerzos para llevar la paz”.
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En su mensaje, los obispos puertorriqueños han recordado la promesa de Dios de “cielos nuevos y una tierra nueva donde habite la justicia” (2 Pe 3,13). Reiteran la invitación a la conversión de mente y corazón que permita sanar heridas, restablecer vínculos y liberarse de prejuicios, promoviendo una vida basada en la fraternidad y la justicia. La Cuaresma, según los prelados, es una oportunidad para transformar la vida personal y comunitaria, mediante el ayuno, la oración y la penitencia.
La autoridades eclesiales motivan a sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos a fomentar la dinámica de peregrinación como símbolo de esperanza y renovación. Recuerdan que cada diócesis ha designado templos jubilares y espacios devocionales como lugares de peregrinación, con el fin de ganar la indulgencia jubilar mediante la reconciliación, la oración y la caridad.
Por la construcción de una cultura de paz
El mensaje también toca las urgentes problemáticas de la sociedad, como la violencia, la discriminación y la crisis migratoria. En particular, se pide no permanecer indiferentes ante la violencia que afecta a muchas comunidades, especialmente a jóvenes y familias, remarcando la necesidad de construir una cultura de paz basada en el respeto y el diálogo.
Los prelados han señalado que, en un mundo herido por la guerra y la injusticia, la búsqueda de la paz no debe considerarse un sueño imposible. “¿Es demasiado soñar que las armas callen y dejen de causar destrucción y muerte?”, citan los obispos, recordando las palabras del Papa Francisco en el documento La esperanza no defrauda. La exhortación a vivir una Cuaresma comprometida con la justicia y la paz se refuerza con la invitación a que los viacrucis cuaresmales tengan presentes a las víctimas de la violencia.
“En nuestro suelo puertorriqueño hay mucho dolor ante las muertes violentas que arrebatan la vida y tronchan la esperanza de seres queridos, de familias y del país. ¡Cuántos jóvenes y personas de bien tienen que seguir derramando su sangre en nuestras calles! Esta violencia hay que detenerla”, es el grito de los pastores puertorriqueños: “Procuremos la paz del corazón que nos da el Espíritu y que lleva a que superemos las violencias verbales y actitudes agresivas que degeneran en conflictos innecesarios”.
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Solidaridad con las personas migrantes
Los obispos manifestaron su preocupación por la situación de los migrantes, instando a la comunidad cristiana a acogerlos con solidaridad y compasión.
Asimismo, denunciaron las políticas migratorias deshumanizantes y llamaron a la comunidad a manifestarse a favor de los derechos humanos: “La solidaridad, la compasión y la ayuda que podamos brindar a estos hermanos migrantes en el ámbito personal y colectivo, como también a sus familias y comunidades, debe ser nuestra mejor respuesta para rechazar estas políticas migratorias que se convierten en deshumanizantes, opresivas, discriminatorias y que atentan contra la dignidad divina de cada persona”, reiteran desde el comunicado de la CEP, emitido el 27 de enero de este año.
Se ha propuesto realizar peregrinaciones y actos simbólicos que visibilicen el sufrimiento de los migrantes y promuevan un cambio en la sociedad: “Les invitamos a peregrinar en nuestras plazas y calles durante la Cuaresma, cargando la Cruz de Cristo y con cirios encendidos, para encarnar la cruz de los migrantes ante la implementación de estas nuevas normas políticas”.
Citando al Papa Francisco, recuerdan que “el verdadero bien común se promueve cuando la sociedad y el gobierno, con creatividad y respeto estricto al derecho de todos (…) acogen, protegen, promueven e integran a los más frágiles”. También señalan que “lo que se construye a base de fuerza, y no a partir de la verdad sobre la igual dignidad de todo ser humano, mal comienza y mal terminará”.
Por las familias en Puerto Rico
El mensaje episcopal también pide tener presente en la oración y discernimiento la realidad de las familias puertorriqueñas, marcada por la baja tasa de natalidad, el envejecimiento poblacional y la precarización económica.
Los obispos instan a fortalecer los lazos familiares y promover una pastoral que acompañe y apoye a los hogares en dificultades. Y resaltan la necesidad de políticas públicas que protejan a las familias más vulnerables y garanticen condiciones dignas para todos.
“Hay que fortalecer los vínculos matrimoniales y se tiene que mejorar la pastoral familiar de acompañamiento y cercanía entre las comunidades y entornos parroquiales”, afirman.
Cuaresma, tiempo de esperanza y compromiso
La Conferencia Episcopal Puertorriqueña concluye su mensaje invitando a todos los fieles a vivir la Cuaresma como un tiempo de esperanza y compromiso: “Que en esta Cuaresma 2025 sembremos la esperanza en todos aquellos que sufren cualquier tipo de violencia a nuestro alrededor y hagamos nuestros mayores esfuerzos para llevarle la paz”.
“Que las familias se conviertan en verdaderos espacios de misión y de sinodalidad por medio de nuestras visitas, peregrinaciones, oraciones y penitencias”, motivan los obispos.
Bajo la intercesión de la Virgen María, Madre de la Divina Providencia, y del Beato Carlos Manuel Rodríguez, los obispos exhortan a los fieles a trabajar juntos para construir un futuro más justo y solidario para Puerto Rico: “¡Vivamos para la Pascua!”, exclaman.