Para conmemorar este Año Ignaciano, que se celebra en todo el mundo con ocasión de los 500 años de la conversión de San Ignacio de Loyola, el jesuita chileno Cristóbal Fones compuso la canción titulada La Herida
El texto es obra del jesuita español José María Rodríguez Olaizola y que ahora también tiene una versión internacional en español, inglés y francés
La letra nos invita a reflexionar que la vida no consiste en "borrar las heridas del pasado, sino en hacernos peregrinos en la tierra del Evangelio"
(Vatican News).- El 20 de mayo de 2021, al cumplirse 500 años desde que Ignacio de Loyola fuera herido durante una batalla de Pamplona, (España) y comenzara, por tanto, el camino de su conversión; la Compañía de Jesús inició la celebración mundial del Año Ignaciano, el cual define como una oportunidad para recordar a cada uno de nosotros, la posibilidad diaria de experimentar una nueva conversión.
Canción: La Herida
Para conmemorar este Año Ignaciano, el jesuita chileno Cristóbal Fones compuso la canción titulada La Herida, cuyo texto es obra del jesuita español José María Rodríguez Olaizola.
Se trata de una canción que parte del recuerdo de aquella herida que sufrió Ignacio mientras combatía en la guerra y que marcaría para siempre su historia de vida y su posterior vocación evangelizadora.
Además, la letra nos invita a reflexionar que la vida no consiste en "borrar las heridas del pasado, sino en hacernos peregrinos en la tierra del Evangelio".
Igualmente, se creó una versión internacional de la canción La Heridaen tres idiomas: inglés, francés y español, cuyo video compartimos en la portada de este artículo. La traducción en inglés es de Phillip Hurley SJ, y en francés de Pierre Bélanger SJ.
Por su parte, los cantantes que aparecen en el video son el jesuita chileno Cristóbal Fones, el jesuita de Estados Unidos, Phillip Ganir y el jesuita de Francia, Benoît Thevenon.
El Año Ignaciano concluirá el 31 de julio de 2022, festividad de San Ignacio.
Letra (versión internacional)
Al final de la vida llegaremos / con la herida convertida en cicatriz. Life will tempt us to count the cost of loving. Winding paths taking their toll within us. As we stumble once again over the same stone, despairing that we ever will walk freely. Toute fois nous sommes les enfants du Dieu de l’amour De vrais chercheurs assoiffés de réponses En nous tu as semé tes plus grands espoirs Afin que ton royaume puisse fleurir. À la fin de la vie nous arriverons / Avec nos blessures devenues cicatrices. In ourselves we will wage a conflict mortal. Ranks of time will surround, pressing upon us. While our hearts carry scars of every battle, and rejoicing and music seem a lost dream. Y, con todo, seguiremos bailando porque así somos, humanos en tu estela. Portadores de un fuego inextinguible. Creyentes en un mundo sin fronteras. Al final de la vida llegaremos / con la herida convertida en cicatriz. Oui, nous sommes fragiles mais passionnés Des rêveurs qui ne se découragent pas Nous jamais nous ne renoncerons au matin Même si la tempête nous assaille Y si acaso se agrietan los motivos por los que un día elegimos tu bandera, even in our weakness we shall walk beside you because your good news is life to every nation. At the end of our days we will abide / with your love and grace to heal our every wound.