El obispo es recordado en el país como estigo de amor y solidaridad Obispos de Guatemala conmemoran el 25 aniversario del asesinato monseñor Gerardi Conedera
Este 26 de abril la Iglesia guatemalteca conmemora el XXV aniversario del asesinato de monseñor Juan José Gerardi Conedera, dos días después de haber presentado públicamente las conclusiones del proyecto denominado REMHI (Recuperación de la memoria histórica)
El asesino esperó al prelado en la puerta de su garaje y le golpeó varias veces en la cabeza con una piedra, desfigurándole, para después huir
"Monseñor Gerardi fue una figura destacada en la Iglesia y en la sociedad. A raíz de sus esfuerzos por la pacificación, fue blanco de los ataques de ambas facciones beligerantes y la diócesis se convirtió en blanco de sangrientas incursiones"
"Gracias al testimonio de monseñor Gerardi, todos nos sentimos inspirados a trabajar por una Guatemala diferente, donde las atrocidades del pasado no se repitan jamás"
"Monseñor Gerardi fue una figura destacada en la Iglesia y en la sociedad. A raíz de sus esfuerzos por la pacificación, fue blanco de los ataques de ambas facciones beligerantes y la diócesis se convirtió en blanco de sangrientas incursiones"
"Gracias al testimonio de monseñor Gerardi, todos nos sentimos inspirados a trabajar por una Guatemala diferente, donde las atrocidades del pasado no se repitan jamás"
(Agencia Fides).- "Este 26 de abril conmemoramos el XXV aniversario del asesinato de Monseñor Juan José Gerardi Conedera, dos días después de haber presentado públicamente las conclusiones del proyecto denominado REMHI (Recuperación de la memoria histórica), que recoge los testimonios de cientos de víctimas del conflicto armado interno en Guatemala, y que tenía como objetivo "permitirles expresar su dolor y sufrimiento, e iniciar un proceso de sanación, así como apoyar a las comunidades afectadas por la violencia y la lucha fratricida hacia la reconciliación".
Con este comunicado publicado hoy, 26 de abril, la Conferencia Episcopal de Guatemala conmemora el trágico suceso que costó la vida a Monseñor Gerardi Conedera en 1998.
"Invitamos a las comunidades a mantener vivo el recuerdo de este valiente obispo, testigo de amor y solidaridad. Gracias a su testimonio, todos nos sentimos inspirados a trabajar por una Guatemala diferente, donde las atrocidades del pasado no se repitan jamás"
Los Obispos recuerdan que Juan José Gerardi Conedera fue Obispo de la diócesis de Verapazy de la diócesis de El Quiché, donde pudo compartir la realidad de los pueblos y, junto con sus colaboradores, hacer un aporte significativo de la Iglesia al proceso de paz, justicia y reconciliación. "Por estas razones -exhortan por último los Obispos- invitamos a las comunidades a mantener vivo el recuerdo de este valiente obispo, testigo de amor y solidaridad. Gracias a su testimonio, todos nos sentimos inspirados a trabajar por una Guatemala diferente, donde las atrocidades del pasado no se repitan jamás".
"Monseñor Gerardi fue una figura destacada en la Iglesia y en la sociedad, siempre comprometido con la defensa de los más débiles y oprimidos, especialmente las víctimas de la larga guerra civil, y con el difícil proceso de pacificación nacional"
En la noche del domingo 26 al lunes 27 de abril de 1998 fue asesinado en la capital guatemalteca Monseñor Juan Gerardi Conedera, Obispo Auxiliar y Vicario General de la Archidiócesis de Guatemala. El asesino esperó al prelado en la puerta de su garaje y le golpeó varias veces en la cabeza con una piedra, desfigurándole, para después huir. Jefe de la Oficina Arquidiocesana de Derechos Humanos, Monseñor Gerardi fue una figura destacada en la Iglesia y en la sociedad, siempre comprometido con la defensa de los más débiles y oprimidos, especialmente las víctimas de la larga guerra civil, y con el difícil proceso de pacificación nacional.
Nacido el 27 de diciembre de 1922, Juan Gerardi fue ordenado sacerdote el 21 de diciembre de 1946. Obispo de Vera Paz (Cobán) el 30 de julio de 1967, el 22 de agosto de 1974 fue trasladado a Santa Cruz, en Quiché, una zona especialmente conflictiva donde eran frecuentes los enfrentamientos entre revolucionarios y el ejército.
A raíz de sus esfuerzos por la pacificación, fue blanco de los ataques de ambas facciones beligerantes y la diócesis se convirtió en blanco de sangrientas incursiones. El dictador en ejercicio, el general Lucas, acabó expulsándolo del país. Tras un periodo en el extranjero, pudo regresar a Guatemala, donde trabajó arduamente por la reconciliación nacional, que finalmente fue sancionada por los acuerdos de 1996. A pesar de este importante logro, no abandonó su compromiso con los derechos humanos fundamentales ni su búsqueda de la justicia y la verdad.
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