Padres y familiares de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa escuchan la misa en la explanada de la Basílica de Guadalupe, El obispo emérito Raúl Vera encabeza la ceremonia religiosa en honor de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa
"También oramos por las autoridades para que ellas acaben de encontrar a éstos jóvenes estudiantes, pedimos a Dios que el gobierno federal, que el gobierno estatal de Guerrero hagan lo que tienen que hacer y ya no le estén dando vueltas al asunto."
El obispo emérito señaló que la lucha de los padres de los normalistas, por verdad y justicia, favorecen a México para que haya mejores instituciones y justicia para todos.
Jimena Hernández corresponsal en México
La noche del 26 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero México, 43 estudiantes que se preparaban para ser maestros fueron desaparecidos sin dejar rastro alguno, en lo que se conoce como uno de los episodios de violación a los derechos humanos más trágicos en la historia reciente de México. Hasta hoy la “Verdad Histórica” que implantó el régimen del presidente Enrique Peña Nieto, refiere que los 43 estudiantes fueron secuestrados por grupos del narcotráfico e incinerados en un basurero.
A 87 meses de tal acontecimiento, los familiares de los estudiantes marcharon en la ciudad de México desde la glorieta de Peralvillo hasta la Basílica de Guadalupe, en donde en la explanada fue celebrada una misa por el Obispo Emérito Raúl Vera. El contingente marchó entre gritos de reclamo y los rostros de los 43 jóvenes desaparecidos, que fueron expuestos en la Basílica de Guadalupe durante la conmemoración.
"Hagan lo que tienen que hacer y ya no le estén dando vueltas al asunto".
El Obispo Emérito de Saltillo Raúl Vera López, denunció a las autoridades del gobierno del Estado de Guerrero, a las autoridades municipales y al Gobierno Federal, como los principales responsables de la desaparición. "Las autoridades se movieron para apoyar al crimen organizado, que era el que cultivaba la amapola" dijo durante la celebración en la explanada en la Basílica de Guadalupe.
Durante el mensaje reivindicó la labor del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), pues dijo que aclararon la responsabilidad de las autoridades ante la desaparición. Así mismo, señaló que la lucha de los padres de los normalistas, por verdad y justicia, favorecen a México para que haya mejores instituciones y justicia para todos.
El esclarecimiento sobre los hechos que llevaron a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, fue asumido como un compromiso por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero, a tres años de iniciada su administración, todavía no hay avances sobre la misma.
Sobre esto, Vera López dijo: "También oramos por las autoridades para que ellas acaben de encontrar a éstos jóvenes estudiantes, pedimos a Dios que el gobierno federal, que el gobierno estatal de Guerrero hagan lo que tienen que hacer y ya no le estén dando vueltas al asunto. Esto se lo pedimos a nuestra Madre Santísima de Guadalupe este día en que la Iglesia Universal celebra la Sagrada Familia."
Raúl Vera: un obispo "incómodo".
En entrevista para el diario La Jornada a inicios del 2021, el obispo Vera López, al término de su obispado en Saltillo, Coahuila, aseguró que su gestión, por 20 años al frente de la diócesis, fue incómoda para el Vaticano, pero no necesariamente para el papa Francisco.
El obispo Emérito de Saltillo, José Raúl Vera López es sacerdote dominico con estudios como Ingeniero Químico por la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió filosofía en México y teología en Bolonia,Italia Es licenciado en Teología por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino en Roma, graduado con la máxima distinción académica Summa cum laude. Fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1975 por el papa Pablo VI.
El 20 de noviembre de 1987 fue nombrado obispo de la Ciudad Altamirano y consagrado el 6 de enero de 1988 por el papa Juan Pablo IIen Roma. En esta etapa fundó el centro social «Monseñor Juan Navarro Ramírez» para la atención de los pobres. El 14 de agosto de 1995 fue nombrado obispo coadjutor de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas. Junto al obispo Samuel Ruiz García trabajó en el proceso de paz abierto tras el levantamiento zapatista.
El 30 de diciembre de 1999 fue nombrado obispo de Saltillo por el papa Juan Pablo II. En su labor pastoral destaca su defensa de los Derechos Humanos, el apoyo de las reivindicaciones de mejora laboral de los mineros y demás trabajadores de la región, la ayuda a los migrantes mediante el proyecto Frontera con Justicia, apoyo a los homosexuales y colectivo LGBT+ en general y la creación del centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios. También brinda ayuda a los familiares de personas desaparecidas de manera forzada en Coahuila quienes integran las Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila" (FUUNDEC).
También impulsó la causa de la Nueva Constituyente ciudadana para crear una nueva Constitución.
Ha sido galardonado con diversos premios por la defensoría de los derechos humanos, el último en el año 2000 con el Premio Nacional de Derechos Humanos «Don Sergio Méndez Arceo».