El colaborador del arzobispo martirizado denuncia una campaña de desinformación Rosa Chávez: “Roma estuvo mal informada sobre el asunto de Monseñor Romero"

Beramendi con el cardenal Rosa Chávez
Beramendi con el cardenal Rosa Chávez Vatican Media

El purpurado salvadoreño, de 80 años de edad, dice que “hay confusión e incluso intentos de borrar u ofrecer una versión diferente de lo ocurrido en lo que se refiere a la conversión de Romero, su asesinato y el del padre Rutilio Grande, y el papel de la Iglesia católica en los acuerdos de paz de El Salvador

Tras su asesinato, "vi al arzobispo Romero en una camilla con sus ornamentos sacerdotales morados, sin vida, con el rostro sereno, pero cuando salí a la calle, oí fuegos artificiales de celebración en las zonas acomodadas de la ciudad"

El cardenal Gregorio Rosa Chávez, que fue obispo auxiliar de San Salvador, y estrecho colaborador de monseñor Óscar Romero, mantiene en el libro Conversaciones con el cardenal Rosa Chávez, de Ariel Beramendi, sacerdote boliviano que trabaja en la comunicación en español en el Vaticano, que “había una campaña de calumnias contra el santo”.

En esas páginas, el purpurado salvadoreño, de 80 años de edad, dice que “hay confusión e incluso intentos de borrar u ofrecer una versión diferente de lo ocurrido en lo que se refiere a la conversión de Romero, su asesinato y el del padre Rutilio Grande, y el papel de la Iglesia católica en los acuerdos de paz de El Salvador, a cuyas reuniones asistió él mismo, según informa The Tablet.

Vetado para ser titular de una diócesis

Pero esa campaña de desprestigio y desinformación iría no solo contra el mártir canonizado por el papa Francisco en 2018, sino también contra él mismo, y así relata que “un obispo le dijo a un nuncio que ni se le ocurriera darle una diócesis a Chávez”.

Monseñor Romero
Monseñor Romero

De hecho, Rosa Chávez, que en 2017 se convirtió en el primer cardenal de El Salvador, presentó su renuncia, cumplida la preceptiva edad canónica, siendo obispo auxiliar, el mismo servicio ministerial que había desempeñado desde la época de monseñor Óscar Romero.

El cardenal salvadoreño describe en el libro las últimas cuatro décadas “como una época de persecución contra los miembros de la Iglesia católica que defendían a los pobres y luchaban contra la injusticia” y narra que, tras el asesinato de Romero, "vi al arzobispo Romero en una camilla con sus ornamentos sacerdotales morados, sin vida, con el rostro sereno, pero cuando salí a la calle, oí fuegos artificiales de celebración en las zonas acomodadas de la ciudad".

Primero, Religión Digital

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