Mensaje del Obispo de Estelí, Juan Abelardo Mata Monseñor Mata: "La crisis ayudó a los nicaragüenses a potenciar sus valores"

La crisis sociopolítica que estalló en Nicaragua en abril de 2018 ayudó a los nacionales a potenciar algunos de los valores que los identifican como nicaragüenses, afirmó este sábado el obispo de la Diócesis de Estelí, Juan Abelardo Mata.

"Hemos potenciado los valores que nos identifican como nicaragüenses: la solidaridad, la creatividad, la constancia, la resiliencia, la valentía, etcétera. Hemos aprendido a organizarnos, dentro y fuera del país, abriendo camino a la unidad en la pluralidad", dijo Mata, en un mensaje escrito a pocos días del aniversario del estallido social.

El obispo, conocido por su clara posición de rechazo al Gobierno del presidente Daniel Ortega, afirmó que el rescate de los valores "son hechos concretos por los cuales debemos de darle gracias a Dios y continuar manteniendo viva la llama que los jóvenes encendieron el 18 de abril de 2018. Es nuestro deber moral".

Según Mata, los nicaragüenses celebran "en medio del dolor, el primer aniversario de un despertar de conciencia, que ha sacudido los cimientos de una dictadura y ha puesto al descubierto ante el mundo entero las graves violaciones a los derechos humanos, de las que hemos sido víctimas en Nicaragua".

El Episcopado está entre las víctimas de los ataques gubernamentales, ya que varias de sus iglesias fueron profanadas por policías y grupos oficialistas luego de haber abierto las puertas de los templos para evitar la muerte de miles de manifestantes.

Según ha confirmado la Iglesia Católica de Nicaragua, al menos un estudiante universitario murió en julio pasado en uno de sus templos de Managua, donde había ingresado junto con cientos de alumnos para escapar a un ataque armado de las "fuerzas combinadas" del Gobierno, que les dispararon con armas de guerra por más de 10 horas.

Ese mismo mes varios obispos y sacerdotes fueron agredidos físicamente en la iglesia de Jinotepe (Pacífico), cuando fueron a rescatar a un grupo de enfermeros que eran rodeados por policías paramilitares.

Días después del ataque Ortega acusó a los obispos de apoyar un supuesto golpe de Estado "fallido".

Al momento de las agresiones y la acusación, los obispos eran mediadores en el diálogo nacional entre el Gobierno y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que fracasó por los ataques gubernamentales contra el clero y contra los miembros del movimiento opositor.

Esta semana el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez uno de los personajes más influyentes de Nicaragua y crítico de Ortega, confirmó que en 2018 fue víctima de un complot para asesinarlo, y tendrá que abandonar el país porque ha sido llamado para servir a Francisco en el Vaticano, lo que fue interpretado como un "exilio forzoso".

Nicaragua atraviesa una crisis que desde abril de 2018 ha dejado 325 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque algunos grupos elevan a 568 las víctimas mortales, y el Ejecutivo reconoce 199.

Adicionalmente se cuentan entre 779 y 809 "presos políticos", casi el doble de los que reconoce el Gobierno, que los identifica como "terroristas", "golpistas" o "delincuentes comunes".

La CIDH ha responsabilizado al Gobierno de Nicaragua por crímenes de "lesa humanidad".

La Organización de los Estados Americanos (OEA) tiene en proceso la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, por rompimiento del orden constitucional, que de ejecutarse suspendería a Nicaragua del organismo continental.