El papa Francisco muestra su cercanía a las víctimas del huracán tras el ángelus Cuba: El ruego de un obispo tras el paso de Ian: "Nuestro pueblo necesita saber que Dios no lo ha abandonado"
"Estoy cerca de la gente de Cuba y de Florida, golpeada por un violento huracán. Que el Señor acoja a las víctimas, dé consuelo y esperanza a los que sufren y sostenga el compromiso de solidaridad”, señaló Francisco
“En estos momentos se nos hace muy difícil cuantificar los daños pues son innumerables, tanto en barrios vulnerables como en los centros urbanos. Junto al techo caído, el colchón dañado, la desaparición de depósitos de agua, etc., encontramos también el rostro apagado de ancianos solos, adultos desesperados y niños que no salen de su asombro por la dura experiencia que están viviendo”, señala el obispo de Pinar del Río
| J. Lorenzo
"Estoy cerca de la gente de Cuba y de Florida, golpeada por un violento huracán. Que el Señor acoja a las víctimas, dé consuelo y esperanza a los que sufren y sostenga el compromiso de solidaridad”.
Fueron las palabras del papa Francisco al finalizar el rezo del ángelus este domingo 2 de octubre, con el que enviaba sus pensamientos a todos los damnificados por los efectos devastadores de Ian, que dejó al menos tres muertos a su paso por la isla caribeña y una veintena tras tocar tierra en el estado estadounidense.
Cuantiosos daños materiales
Los daños materiales han sido también cuantiosos en ambos países, aunque en el caso de Cuba, la destrucción se suma ya a unas condiciones de vida precarias que el huracán ha agravado, causando la irritación entre una población que en los últimos días se ha lanzado a protestar a las calles al haber caído todo el sistema eléctrico nacional, junto con los servicios de Internet y telefonía móvil.
Una de las zonas más afectadas es la de Pinar del Río, razón por la que el obispo de esa diócesis, el jesuita Juan de Dios Hernández Ruíz, ha hecho un llamamiento de socorro. “Como bien conocen, nuestra diócesis ha sido fuertemente azotada por el huracán Ian, el cual ha desbastado tanto centros estatales y religiosos como el fondo habitacional”, señala.
“A su paso ha dejado una huella imborrable por las grandes pérdidas materiales que agudizan la precaria situación en la que se vivía previo al paso de este fenómeno natural. Estamos ante un pueblo que se siente abrumado por tantas lesiones y que necesita sentir que Dios no lo ha abandonado”.
“En estos momentos se nos hace muy difícil cuantificar los daños pues son innumerables, tanto en barrios vulnerables como en los centros urbanos. Junto al techo caído, el colchón dañado, la desaparición de depósitos de agua, etc., encontramos también el rostro apagado de ancianos solos, adultos desesperados y niños que no salen de su asombro por la dura experiencia que están viviendo”.
Gesto de hermandad y solidaridad
“Recurrimos a la generosidad de las Cáritas hermanas, personas naturales e instituciones tanto religiosas como civiles, para que en un gesto de hermandad y solidaridad, nos ayuden a socorrer a tantos necesitados que encontramos en medio de esta realidad”. “Sus donativos monetarios pueden realizarlos a las siguientes cuentas bancarias: CUP: 9224 0699 9296 3807 MLC: 9225 0699 9137 7198
“Toda la ayuda recibida -concluye el afligido pastor- será canalizada a través de la Cáritas Diocesana y los equipos de parroquiales de Cáritas. Anticipadamente, GRACIAS, infinitas gracias por su gesto de hermandad y solidaridad, así como por sus oraciones por nuestro pueblo que sufre”.
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