Cuida tu corporeidad a la hora de rezar. 26 Año de Oración

26 Año de Oración
26 Año de Oración

Orar con el cuerpo

26 Año de preparación para el jubileo 2025

Año de oración 

Texto bíblico 

Nuestro Dios está en el cielo, lo que quiere lo hace. Sus ídolos, en cambio, son plata y oro, hechura de manos humanas: tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven; tienen orejas, y no oyen; tienen nariz, y no huelen; tienen manos, y no tocan; tienen pies, y no andan; no tiene voz su garganta” (Sal 113B, 12-15). 

Comentario: La corporeidad 

La diferencia esencial, que señala la Biblia, entre Dios y los ídolos, consiste en que Dios es un ser vivo, mientras que los ídolos son inertes, y lo expresa aludiendo a los cinco sentidos. Algunos judíos practicantes, cuando oran mueven todo su cuerpo, para dar a entender que lo hacen con todos sus miembros y su ser. 

Orar con el cuerpo, al hacerlo históricamente, se graba en la memoria la relación teologal. San Agustín describe su conversión, aludiendo a los cinco sentidos: Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y lo aspiré, y ahora te anhelo. Gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti. Me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.” (Confesiones X, 27, 38) 

Laurence Freeman, en su libro: “Luz en el interior, meditaciones como pura oración”, explica el modo de meditar con pautas concretas, como sentarse con la espalda recta, guardar silencio, quietud física y mental, entornar los ojos, permanecer inmóvil durante media hora por la mañana y media hora por la noche, y repitiendo un mantra, que puede ser “Ven, Señor Jesús”. El mantra no es algo sobre lo que se piensa, sino que se pronuncia. 

Propuesta 

Cuida tu corporeidad a la hora de rezar. 

Volver arriba