¿Cuál es tu colaboración en el plan de Dios? El Cuarto Evangelio (18)

El Cuarto Evangelio (18)
El Cuarto Evangelio (18)

La multiplicación de los panes

Cuarto Evangelio (XVIII) 

Multiplicación de los panes 

“Jesús entonces levantó los ojos y, al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman estos?». Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?». Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; solo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado” (Jn 6, 5-11). 

Comentario 

La multiplicación del pan es uno de los signos que hizo Jesús para demostrar su divinidad, y cuando se refiere al maná, se presenta como verdadero Pan del cielo. La multiplicación de los panes nos trae a la memoria el acompañamiento de Dios en tiempos del Éxodo y el anticipo de la Cena del Señor. De hecho, el Cuarto Evangelio no contiene el relato de la fracción del pan. 

Que Jesús aceptara el ofrecimiento de Andrés de los cinco panes y dos peces que llevaba el muchacho, se puede interpretar como invitación a aportar lo que somos y tenemos, que Él multiplica si lo ponemos en sus manos. Ni el que siembra, ni el que siega, sino Dios que da el incremento es el autor de nuestras cosechas. “Uno siembra y otro siega. Yo os envié a segar lo que no habéis trabajado. Otros trabajaron y vosotros entrasteis en el fruto de sus trabajos».” (Jn 4, 37-38) 

Jesús nos implica en sus proyectos. La pregunta a Felipe, la intervención de Andrés o la aportación del muchacho se convierten en cooperaciones de la acción sacramental que realiza el Señor. Él ha querido contar con nosotros, somos la materia sacramental de la acción divina. 

Propuesta 

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