21 de Marzo II Viernes de Cuaresma
XIII Profecía de la Pasión: Descenso entrañable
Evangelio del día
«¿No habéis leído nunca en la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”? (Mt 21, 42)
Profecía
“Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi predilecta», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá un esposo. Como un joven se desposa con una doncella, así te desposan tus constructores. Como se regocija el marido con su esposa, se regocija tu Dios contigo. Sobre tus murallas, Jerusalén, he puesto centinelas: no callarán ni de día ni de noche” (Isa 62, 4-6).
Camino de esperanza
El discípulo amado se lleva a casa a la Madre de Jesús. “Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones. Yo repuse: — ¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que solo soy un niño. El Señor me contestó: —No digas que eres un niño, pues irás adonde yo te envíe y dirás lo que yo te ordene. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte” (Jer 1, 5-8).
Oración del salmista
“Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias porque me has plasmado portentosamente, porque son admirables tus obras: mi alma lo reconoce agradecida, no desconocías mis huesos. Cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra, tus ojos veían mi ser aún informe, todos mis días estaban escritos en tu libro, estaban calculados antes que llegase el primero. ¡Qué incomparables encuentro tus designios, Dios mío, qué inmenso es su conjunto!” (Sal 139,13-17).
Propuesta
María es la Madre de todos los hombres.