El artista y compositor recuerda cómo vivió la JMJ de Madrid 2011 Toño Casado: "La “papolatría” puede ser un error de estos macroeventos"
"Yo viví una semana intensa dando conciertos, acompañado por un grupo de 30 artistas, cantantes, músicos y bailarines que animamos diferentes momentos con los Scouts, la Confer, etc terminando en el acto con los voluntarios en Cuatro Vientos"
"Me impresionó estar al lado de Benedicto XVI (...) Quién iba a imaginar viéndolo tan prudente y comedido que poco después iba a dar la campanada más inaudita de los últimos tiempos de la Iglesia"
"Las JMJ son un maravilloso invento muy promocionado por Juan Pablo II que algunos utilizan para mostrar músculo católico con el apabullante argumento de las masas"
"Preparemos la camiseta y las mascarillas, que vuelven los encuentros de los Papas Boys. Sudor, cantos, aplausos, discursos, caminatas ,oraciones…Mucha vida compartida. Como en un cumpleaños"
"Las JMJ son un maravilloso invento muy promocionado por Juan Pablo II que algunos utilizan para mostrar músculo católico con el apabullante argumento de las masas"
"Preparemos la camiseta y las mascarillas, que vuelven los encuentros de los Papas Boys. Sudor, cantos, aplausos, discursos, caminatas ,oraciones…Mucha vida compartida. Como en un cumpleaños"
Las JMJ son como una enorme fiesta de cumpleaños de la fe. Jóvenes de todo el mundo con sus camisetas amarillas vinieron a compartir su fe, encontrarse con otros jóvenes y “jóvenas” y disfrutar del sol y el maravilloso estilo de vida español. Yo viví una semana intensa dando conciertos, acompañado por un grupo de 30 artistas, cantantes, músicos y bailarines que animamos diferentes momentos con los Scouts, la Confer, etc terminando en el acto con los voluntarios en Cuatro Vientos. Me impresionó estar al lado de Benedicto XVI, que caminaba delicadamente, con su tez pálida y sonrisa tímida, todo un abuelo que vivía aquel gran acontecimiento desbordado por el cariño de sus animados nietos que nunca descansaban. Quién iba a imaginar viéndolo tan prudente y comedido que poco después iba a dar la campanada más inaudita de los últimos tiempos de la Iglesia.
Las JMJ son un maravilloso invento muy promocionado por Juan Pablo II que algunos utilizan para mostrar músculo católico con el apabullante argumento de las masas. Como positivo destaco siempre el espíritu festivo y paciente de sus participantes, porque la JMJ suele ser una experiencia dura: dormir donde se puede, ducharse donde Dios diga y conseguir moverse por en medio de ese gran hormiguero. Hay jóvenes que viven fuertes experiencias de fe que les animan para tomar opciones o continuar viviendo como Iglesia en medio de circunstancias adversas sabiendo que no son tan bichos raros como piensan…
La organización de la Jmj de Madrid estuvo copada por solo un movimiento que imprimió su estilo, gustos estéticos, musicales y litúrgicos, y ocuparon los puestos destacados en las asambleas conjuntas. El himno de la Jmj destaca por su complejidad en cuanto a la letra y la música y su estilo, alejándose absolutamente de la tónica juvenil de los anteriores y posteriores
La organización de la Jmj de Madrid estuvo copada por solo un movimiento que imprimió su estilo, gustos estéticos, musicales y litúrgicos, y ocuparon los puestos destacados en las asambleas conjuntas. El himno de la Jmj destaca por su complejidad en cuanto a la letra y la música y su estilo, alejándose absolutamente de la tónica juvenil de los anteriores y posteriores, tanto que no se la suele incluir en las listas de reproducción de los hjmnos de JMJ que circulan por internet. Una impecable orquesta de la JMJ y coro desgranaron piezas clásicas muy del gusto de los obispos españoles, no sé si de los muchachos que suelen decantarse por opciones más poperas como el maravilloso Enmanuel del 2000, el Aleluya de Sidney, el Bienaventurados de Cracovia… Lástima que no se pudiese comulgar en la misa final; distintas son las motivaciones que circulan, que si se estropearon las formas, que si no se consagraron, que si la gente no estaba dignamente preparada con tanto barro encima… Nos quedamos en la adoración del sábado, impresionantemente dorada y silenciosa, preludio del boom del tema de las adoraciones que ahora impera en el mundo juvenil.
Impresionante fue el Viacrucis de la Castellana, reflejo de nuestro arte y sentir más populares. Maravillosa la respuesta de congregaciones, parroquias y administraciones civiles demostrando lo que es el cariño y la hospitalidad de nuestra tierra. Por lo visto la estructura económica para organizar y sostener este macroevento fue muy positiva, ya sabemos todos de la pericia de Barriocanal, uno de los personajes más listos y prudentes de la Iglesia española.
A los jóvenes les encanta viajar y encontrarse con otros; vivir experiencias fuertes, sentirse chispas de un inmenso fuego. Por eso las JMJ siempre son una maravillosa oportunidad para el encuentro con Jesús sabiendo que en nuestra vida de fe no todo pueden ser fiestas de cumpleaños, que debemos vivir y crecer en lo ordinario que gracias a la contemplación y capacidad de admiración se transforman en algo extraordinario, construyendo comunidades vivas y dinámicas donde acoger a tantos jóvenes que esperan hacer crecer su fe y compartirla.
En estos tiempos de distancias echo de menos el bullicio de las JMJ; veremos qué vientos traen en Portugal… y que ello contribuya a acercarnos no al Papa de turno, sino a Jesucristo, centro de las jornadas, nunca se nos olvide. La “papolatría” puede ser un error de estos macroeventos que comenzaron como encuentros de la Juventud a los que iba el Papa, a encuentros de la Juventud con el Papa, un matiz pequeño pero importante. Bueno, a fin de cuenta el papa siempre nos lleva hacia Cristo.
Preparemos la camiseta y las mascarillas, que vuelven los encuentros de los Papas Boys. Sudor, cantos, aplausos, discursos, caminatas ,oraciones…Mucha vida compartida. Como en un cumpleaños.