"El que no llora no mama", la mujer cananea y Jesús Toño Casado: "Tus lágrimas te hacen fuerte. No las escondas"
"La vida es como una delegación de no sé que área de gobierno, o desgobierno. A veces te cansas de ir de ventanilla en ventanilla ante funcionarios impasibles que te miran como sino existieras"
La vida es como una delegación de no sé que área de gobierno, o desgobierno. A veces te cansas de ir de ventanilla en ventanilla ante funcionarios impasibles que te miran como sino existieras. Te dan ganas de tirar los sueños, las horas de entrenamiento, los años de prepararte una oposición, los ensayos y ensayos de baile, ejercicios y piruetas de la vida, un-dos- tres, un-dos-tres, que ya te duelen los pies y el alma y el cerebro de intentarlo...
Como la señora cananea que iba detrás de Jesús con la insistencia de una gitana vendiendo romero, que no te la quitas de encima ni con un cañón de agua antidisturbios. Pero ella tenía un motivo para no desistir: su hija tan querida estaba muy malita, "con un demonio muy malo", que en aquella época todo se lo emplumaban al demonio y no como ahora que le hemos borrado de la existencia, con lo aparente que quedaba desde la biblia hasta el medievo...
El amor de una madre desesperada la puede convertir en un ser indestructible. Y así arrancó una curación a Jesús que ese día el 'ad gentes " lo tenía aun poco asimilado.
Quien no llora no mama
"El que no llora no mama", dice el viejo y lácteo refrán... y así hay especialistas en conseguir los chollos de la vida, el supermercado o las ayudas del estado, o de la Iglesia o de la señora esa de la parroquia que siempre te suelta una moneda con olor a Colonia..
Nos da apuro pedir, nos da vergüenza sentirnos frágiles y en manos de otro....
Pero a veces debemos ser humildes y constantes e en nuestras meditadas sugerencias.
Los santos fundadores fueron inasequibles al desaliento. .. eran famosos por sus milagros y su capacidad de pedir para que colabores en sus milagros.
Inténtalo, no te rindas. Cuando uno tiene un gran amor por el que luchar no hay miramientos.
Recuerda: el que no llora no mama. Llorar en público no es una amarga costumbre reservada a los de la guardería. Tus lágrimas te hacen fuerte. No las escondas.