el mas importante

Los niños negritos de África me miran embelesados en sus bancos de madera.  Aguantan las tres horas de celebración sin de decir una palabra, vestidos de domingo, tan pequeños, tan fuertes, tan frágiles. Cantan y bailan como los mayores, juegan al futbol a veces sin zapatillas y tiran de sus juguetes hechos con botellas y palitos. Desde el porche los veía jugando bajo la lluvia tropical en un aquapark improvisado de hierba, barro y muchas risas. De primeras son serios, no te regalan una sonrisa de bienvenida, sino que te observan como al cura blanco y extranjero que viene de otro mundo. Y los monaguillos son de excelencia  pontifical. Cada mañana allí estaban esperando a las 7, con sus túnicas blancas y sus caritas negras, como ángeles, con un porte y una coreografía ceremonial que ya la quisiera para sí el Vaticano.

Una mamá se acercó angustiada al salir de misa a hablar conmigo. Su hijo estaba enfermo y me pedía si alguien de Europa le podía ayudar con medicinas. Al cabo de una semana Juan Miguel, un misionero de allá, me mandó un wasap triste diciéndome que el chico ya había muerto. Ya no hacen falta medicinas. Tenía 16 años.

África está llena de niños y jóvenes muchas veces en situaciones muy complicadas. Sin agua corriente en casa, sin luz, muchas naciones sumidas en la barbarie del terrorismo, las guerras, el hambre...

Todos los que puedan vendrán.

Yo lo haría, todos los haríamos.

Vendrán atravesando desiertos, siendo vendidos por las mafias, muriendo en cualquier lugar olvidado, apiñados en pateras con olor a mierda, orín y gasoil, con los cuerpos quemados, sin saber nadar, intentando saltar las cercas alambradas que les separan del Paraíso. Y yo creo que en los años y siglos venideros el mundo cambiará bastante de como lo hemos conocido, con nuestros perritos y nuestras ideologías, que no resistirán el tsunami demográfico que se avecina.

El Papa Francisco lo sabe.

¿Y tú que piensas de esto? "Quien acoge a un niño como este me acoge a mí". Eso decía Jesús. En este mundo loco hace falta más misericordia ( sentir el sufrimiento ajeno). Más corazón. 

Y que se hagan políticas que con orden e inteligencia enfrenten la nueva situación que cada día se irá haciendo mas  y más grande y compleja.

Mientras los niños africanos siguen con sus ojos grandes y sus sonrisas blancas soñando con una vida mejor mientras los grillos cantan con toda la fuerza de la naturaleza. Les echo de menos y rezo con todo mi corazón para que Dios los cuide y nosotros despertemos.

AVISILLOS

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El día 6 a las 10.30  nos vemos en TVE  en la misa de la 2, que se hace desde mi parroquia.

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