Todo apunta a que el juicio en la Audiencia Nacional que tiene por objeto el asesinato de cinco jesuitas en el Salvador la madrugada del 16 de noviembre de 1989 –la legislación internacional no otorga jurisdicción para enjuiciar a las víctimas de otra nacionalidad, en este caso salvadoreña- concluirá hoy, pues a última hora de la tarde de ayer, se pasó al momento de los informes de las partes.

El abogado defensor del coronel Montano, único sentado en el banquillo de los acusados de entre todos los que se dictó el auto de procesamiento, ya pidió para su patrocinado, caso de no ser absuelto, las tres eximentes que permitía el Código Penal de 1973: estado de necesidad, fuerza irresistible y miedo insuperable, y de no aplicarse, se tuviera en cuenta lo de las dilaciones indebidas de forma muy cualificada.

El Ministerio Fiscal, el primero en emitir su Informe, pidió la condena de Montano por su participación en el atentado terrorista de la UCA como autor intelectual, al estar presente en la reunión del alto mando, junto con otros oficiales de matar a los jesuitas contra los que se venía organizando una fuerte campaña de odio, así como contra la Iglesia, desde años atrás, al atribuírseles ser cabecillas de la guerrilla del FMNL especialmente el P. Ellacuria. “Sea usted un patriota, mate un cura”, se decía en las campañas de los medios controlados por los militares.   Dijo la Fiscal que, en realidad, Ellacuria estaba haciendo de puente e intermediario entre el Gobierno y la guerrilla en un proceso de paz que llevaba visos de prosperar, y ello no convenía a los militares de la Tandona, que controlaban el poder de las Fuerzas Armadas, pues exigencia de la guerrilla era sacar del Ejército a dicho grupo mafioso, decidiendo matar a los jesuitas dela UCA, con marcaje especial a Ellacuria.

En una ratonera

Aunque quisieron echarle la culpa al FMNL, no lo consiguieron, no se lo creyó ni siquiera Estados Unidos que estaba con la CIA y el FBI con el Ejército, y gracias a la presión internacional tuvieron que admitir su autoría, crimen que hicieron con premeditación, nocturnidad y alevosía. Rodearon el campus de la UCA con 650 hombres y unos 40 entraron. Los tenían encerrados como en una ratonera y los mataron sin ninguna posibilidad de que pudieran defenderse. Los asesinatos fueron perpetrados por una estructura paralela dentro el ejército, que controlaban los de la Tandona, en una acción al margen de la Ley, como en tantos otros casos de violaciones de derechos humanos perpetrados por los militares y la policía controlada por la citada mafia.

Citó la Fiscal la multitud de pruebas, informes, declaraciones, pericias,…  que desde 2011 viene realizando y reuniendo la Justicia española, que de una forma contundente y clara sitúan a Montano en el epicentro del ordenamiento intelectual de estos crímenes, junto con Ponce, Bustillos y Elena, que debería ejecutar Benavides alegando que ese día era el oficial de guardia, y éste transfirió a sus subalternos y otros soldados que le asignaron. El crimen fue planificado desde el alto mando, señaló la Fiscal, sin que en ningún momento mencionara al ex presidente Cristiani.

De la acusación, la Fiscal retiró al teniente Mendoza, que está colaborando en el procedimiento y siendo testigo de cargo, al haber estado él, en persona, en el lugar de de los hechos la trágica noche.  Desde hace años vendo aportando importantes datos para el esclarecimiento de los hechos. Queda pues frente al Tribunal el coronel Montano, quien desde prisión es llevado todos los días al juicio. Va en sillas de rueda y algunos recuerdan la salida de Pinochet de Londres en silla de rueda y la llegada a Chile en pie firme.

En la sesión de hoy se leyó o escuchó testimonios de personas ya fallecidas que habían testimoniado con anterioridad en la causa y les correspondía ratificarse en lo manifestado. El Tribunal no vio necesario que se escuchara la grabación de la testifical de Cristiani, tampoco lo pidieron las partes.

De las lecturas lo dicho en el procedimiento por el embajador de España en El Salvador, Fernández Miranda, lo más llamativo que dijo es que el juicio celebrado en San Salvado po estos hechos fue una pantomima. La grabación del que fuera embajador en aquella época, Francisco Cádiz Deleito, era una narración donde explicaba que el juez Zamora enjuició sin pasarse del nivel que le habían marcado, no podía subir más allá del coronel Benavides. Dijo que el jurado lo había nombrado el Nuncio, pero todos tenían miedo, estaban amenazados, y que al final fue la Embajada de Francia quien tuvo que sacar del país a la única testigo de los hechos y su familia, y llevarles a Estados Unidos, donde cayó en manos de la CIA y el FBI durante unos días, que les interrogaron, junto con un teniente coronel salvadoreño.

Denuncia por falso testimonio

La defensa de Montano presentó un perito, el abogado salvadoreño, Oscar Santamaría, quien fuera Ministro de Justicia con Cristiani, que intentó dar una conferencia sobre el proceso de paz en El salvador, hasta que el abogado de la acusación popular le acotó que si sabía en qué juicio estaba declarando, que allí se trataba del asesinato de cinco jesuitas españoles. Negó a sus preguntas que hubiera estado en España intentando obstaculizar que este juicio se llevara a cabo. El letrado manifestó que al final del juicio va a solicitar deducción de testimonio sobre algunos extremos de lo declarado por el ex ministro, ya que entendía había dado testimonio falso, pues había dicho lo contrario que se supo al respecto en los documentos diplomáticos norteamericanos filtrados en el wikileaks.

La última sesión ya no será por la tarde, comenzará a las diez de la mañana, y se espera que dure todo el día, quedando al final listo para sentencia, la cual puede que esté redactada y firmada para el mes de septiembre u octubre, dados los múltiples datos que el Tribunal tiene que analizar y verificar de este proceso complejo. El Presidente del Tribunal es el mismo que enjuicia el saqueo a las arcas públicas hecho por la banda Gürtel con motivo de la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia. Un hombre bondadoso, pero recto, con mucha paciencia y que ha demostrado saber más inglés que la intérprete traductora que la defensa de Montano se trajo al juicio, pues la corregía cuando no la matizaba en su traducción.