La Religión, transtorno mental
Dijimos en el post anterior que la ofensiva estaba planteada en toda regla y en todas las áreas. El área de la ciencia es el que más me interesa y me preocupa. Las demás áreas, sobre todo la social, van detrás de ella, aunque tratan con el tiempo de independizarse de ella y adquirir vida propia.
Y ahora quieren poner la religión psicológicamente bajo sospecha. Esto va a constituir un nuevo reto para la Iglesia y sobre todo, para el modo en que presentamos la fe y el modo en que la vivimos, ordenes religiosas incluidas...
Ni que decir tiene que si transmitimos una fe de culpabilidad, negación, humillación y sometimiento, de ritualismo y de sacramentalismo, moralismo, con alguna veta de masoquismo y de negación neurótica de uno mismo, la cantidad de transtornos que podemos inducir en las conciencias de la gente es incontable, y en ese caso, posiblemente tengan razón los que quieren declarar la religión como un trastorno mental. Igualmente pasaría con los exaltados espiritualistas, que encauzan su neurosis religiosa a través de prácticas histéricas.
Si por el contrario, predicamos una fe de redención, perdón y misericordia, sanación, liberación, resurrección y Pascua, una fe moralmente encarnada y de sacramentos celebrados en un entorno espiritual de conversión y de fe, posiblemente daremos menos argumentos a los enemigos de la fe y de la religión.
Como digo, una "pasada por la Pascua", tanto de las estructuras eclesiásticas, como y sobre todo de la predicación ordinaria de la Iglesia y de sus ministros, primero los primeros, arreglaría grandemente todo este asunto, y dejaría sin munición intelectual a aquellos que quieren acusar a la religión (sobre todo, la religión cristiano-católica, que es el verdadero enemigo) de trastorno mental.
Lo arreglaría grandemente, aunque quizás llegamos también a esto demasiado tarde...