A vueltas con la terapia de reorientación sexual


Ayer se publicó en Religión en Libertad una interesante entrevista, que ha causado algún revuelo en ciertos sectores, con la coach Elena Lorenzo, en la que responde a las acusaciones del lobby gay que la acusa de hacer terapias de reorientación sexual. He aquí algunos fragmentos de la entrevista:

"Soy coach profesional certificada... Me dedico a diferentes actividades del coaching. Dentro de dichas actividades, apoyo a personas con distinta orientación sexual que desean desarrollar su personalidad con la libertad propia de cada individuo.

-¿Eso supone cambiar la orientación sexual?
-Por supuesto que no. Cambiar o no cambiar es una decisión libre y, con la debida explicación, la persona va optando por aquello que mejor concuerda con el ideal de personalidad que persigue. Algunos logran más avances que otros, como sucede en cualquier proceso personal.

Tengo clientes que persisten en su orientación sexual y trabajo con ellos en otros aspectos del coaching (desarrollo profesional, relación de pareja…). Otros, cuando indagan en su propia vida, comienzan a detectar causas que los llevaron a una determinada orientación. Al no estar de acuerdo con ello, deciden optar libremente por otra orientación. Yo no puedo dejar de apoyarlos.

En ningún momento empleo técnicas que susciten rechazo o repugnancia a su orientación sexual, ¡pues te aseguro que eso no funciona!

-¿Entonces importa más la orientación sexual en tu trabajo como coach?
-No, lo importante es la persona. Trabajo con quien pide ayuda, ya sea con el que se considera gay y quiere seguir siéndolo, o con quien experimenta deseos homosexuales y no lo quiere para él o para ella. Cualquiera de los dos está en su perfecto derecho.

Lo curioso de todo esto es que esta ley (Ley de protección integral contra la LGTBIfobia) apoya sólo a aquellos que sí aceptan su propia orientación. Pero si alguien desea cambiarla, la ley prohíbe prestarles apoyo. Me pregunto si este aspecto de la ley la hace igualitaria, por no decir otra cosa...

-No soy experta en derecho, pero personas que la han analizado se encuentran con que contradice otras leyes del ordenamiento jurídico español de mayor rango, de alcance nacional. Incluso a la Constitución Española, que reconoce el derecho inviolable a la libertad religiosa. Esto en Madrid ha sido vulnerado...

Si la persona lo desea, puede intentar dejar atrás la homosexualidad. Nunca he hablado de "cura", sino que ofrezco ayuda para lograrlo. Hablo de “dejar atrás”. Es igual que decir que, si una persona que descubre su orientación homosexual y “sale del armario”, está dejando atrás la heterosexualidad en la que vivía...

Verás, una persona que desea cambiar de sexo recibe tratamiento médico y apoyo psicológico. Pero si es alguien que desea cambiar su orientación sexual, se le niega el apoyo no sólo por las estructuras del Estado, sino que se impide que profesionales a nivel particular, como yo, puedan ofrecerles un apoyo. Y se impide con multas muy altas. ¿Es justo tratar así a estas personas?..."

A mi juicio, las palabras de la coach Elena Lorenzo clarifican patentemente la situación social y política en que nos encontramos. Estamos ante una oleada propagandística descontrolada, en un sentido determinado, que está aprovechando una situación de indefensión moral e intelectual de la sociedad en este tema, desde que fuera eliminada la homosexualidad del apartado de trastornos mentales del DSM 2 (1973). Es un panorama tremendamente difuso y como digo propagandístico, tanto desde el punto de vista científico, como desde el punto de vista social e incluso político y legislativo, a tenor de las nuevas leyes que se están promulgando a este respecto, con la (digna de estudio) complicidad de todos los partidos políticos (unos porque son "progres" de por sí, y otros porque quieren "ir de chick" en estos temas, que dan mucho juego político para los que quieren montarse en la ola...).

Difuso y propagandístico en lo científico, porque todavía no se conocen con suficiente certificación científica las causas de la homosexualidad, pero en cambio ya la hemos quitado del apartado de trastornos, sin saber realmente qué es: si es una esencia, si es una elección, o ambas; si es algo natural, contranatural, connatural o antinatural; si hay terapia posible, o no la hay, o es mejor "dejarlo así"... Es hora, por tanto, de que empiecen a salir del armario psiquiatras, psicólogos y demás especialistas, muy protegidos y apoyados, claro está, por abogados y expertos en este tipo de legislación, que vayan clarificando técnica y científicamente de qué estamos hablando en este tema de la homosexualidad.

Es igualmente difuso y propagandístico en lo social y político, porque resulta que sí puede haber terapia para "hacerse homosexual", pero está prohibida la terapia a la inversa, esto es, para todos aquellos que no se sienten a gusto con la homosexualidad y quieren otro camino. A estos sí hay que dejar desprotegidos social, política y legalmente, y desatendidos terapéuticamente. En estos ámbitos, igualmente, es hora de que empiecen a salir del armario personalidades públicas, del ámbito social, cultural, político y legislativo, que clarifiquen igualmente la situación, y pongan diques legislativos, y sobre todo culturales y de opinión, diques más que de contención, sí al menos de encauzamiento y domesticación de esta oleada incontrolada. Hablamos de los derechos de todos, también de los heterosexuales, que tienen derecho, por ejemplo, a que se eduque a sus hijos en las escuelas públicas y privadas, sin atentar contra sus convicciones éticas, morales o religiosas.

Es perentorio un rearme moral e intelectual de la sociedad, para encauzar y ordenar la situacion, ni mucho menos para reprimir ni para "volver atrás, y siempre para defender los derechos de todos, en orden al bien de las personas, tanto homosexuales como heterosexuales, y en orden al bien común.

¿Y cuál es el papel de la Iglesia Católica en este tema? Como dijimos en el post anterior, a mi juicio las metáforas gruesas no sirven; es más, empeoran el ambiente, que se enrarece aún más, y ya se sabe, a río revuelto, ganancia de pescadores…

A nosotros nos toca, como dice el evangelio de hoy, el proclamar la buena nueva del reino de Dios, también en este tema de la homosexualidad, esto es, lo que siempre ha hecho la Iglesia, pero de una forma muy, pero que muy diferente. Ya no caben ni los moralismos ni los tabúes sexuales, ni mucho menos metáforas "animaloides" (¿qué somos más: animaloides o angeloides?), como hemos oído decir recientemente...

Ciencia sin duda, buen sentido espiritual, humano, social y político, también... y siempre, caridad.
Pero cuidado, porque por la caridad entra la peste...
Volver arriba