Hay diferencias y similitudes destacables en los casos destacables de dos mentirosos como son la presidenta autonómica de Madrid Cristina Cifuentes y el expresidente autonómico Carles Puigdemont. La similitud es que ambos son mentirosos y se les ha pillado en sus mentiras. La primera se le ha pillado con un simple master y el truculento asunto que huele a corrupción universitaria, por ello como madrileño y como la gran mayoría de madrileños queremos su dimisión. Pero en el caso de Carles Puigdemont, sus mentiras sobre una prospera república catalana, aun sabiéndose y demostrándose que todo era un grandísimo engaño, no han supuesto la misma reacción en una mayoría clamorosa de catalanes contra su persona, pues unos se manifiestan a su favor y otros callan. Lo que tienen de similar es que ambos mienten y se les ha pillado, lo que tienen de diferente es que una idea como el nacionalismo o el patriotismo le permite al segundo, por más graves que sean sus mentiras y fechorías, seguir vivo políticamente frente a la primera que no tiene nacionalismo, patriotismo o lo que sea con lo que mantenerse viva.
Lo que debemos aprender de estas similitudes y diferencias, es lo peligroso que es una sociedad que pone las ideas o la religión por encima de la ética y la razón, pues eso conlleva que un oportunista se aproveche de ello para sacar su rédito y su supervivencia, en este caso supervivencia política. Cifuentes no tiene en Madrid como sostenerse ya, nada le permite ya esconder sus vergüenzas. Puigdemont tiene todo un aparato ideológico (nacionalismo) y una bandera, tras la que ocultarse con una muchedumbre que no comprende que un mentiroso como ese les traerá ruina. En Madrid por lo menos echaremos a la Cifuentes por algo feo con su currículum y la forma de obtenerlo, en Cataluña… que grandísima pena que por más que les mientan y les roben, esa población abrumadoramente no reaccione. Por lo menos aquí en Madrid echaremos a Cifuentes antes de que nos pase otro tipo de factura.