Si en algo me he vuelto experto es en crisis educativas, pues tristemente gracias a ellas yo tengo trabajo y empleo en tiempos difíciles de crisis económica y laboral para muchas personas. Y en verano tengo tres alumnos a los que dar clases particulares por las tardes, lo que me supone entre los dos unas 11 horas de trabajo, y además tengo 4 grupos de 5 horas semanales cada uno, en total 20 horas de academia más unas cuantas horas extras. A esto se añade la corrección de unos libros que me han encargado y que hago en ratos libres. Por eso mis ausencias se han vuelto este verano prolongadas. No os diré que mi trabajo es agotador, algunos días lo es, pero disfruto con lo que hago, desarrollo mi vocación y uno de los talentos que Dios me ha dado. Luego está dedicar algo a mis estudios, que son importantes y gracias a ellos trabajo.
Me gustaría estar mucho más con todos ustedes escribiendo y discutiendo, y a algunos chinchándoles cuando se tercie. Pero la realidad es otra, y muchas veces no todo es lo que uno quiera o desee. Así que yo seguiré con ustedes, cuando pueda y esto no es ni será una despedida. Ni tampoco es una pausa veraniega. Simplemente que para pensar uno necesita tiempo, y para escribir igual, y mis pensamientos por el momento son conseguir que mis alumnos aprueben. Bastante les estoy dedicando incluso con horas extras.
Pues con esto decirles que yo sigo aquí como siempre, tal vez publicando menos pero aquí estoy. Y con esto les deseo además feliz verano.