Otra anecdota de mi amigo párroco con venezolanos.
El caso es que él se animó a enviárselos, y pensó en 50 €, como una buena colaboración y sin mucho pensar. Pero al cabo de unos días, la pena le vino cuando aquel muchacho le escribió con muchísimo agradecimiento y valorando efusivamente aquellos 50 € como si fuera una fortuna. “¿Fortuna?” Me decía mi amigo párroco, “Esto me pone triste, hice una pequeña colaboración sin saber realmente lo grande que era, lo llego a saber y hubiera mandado más de 100 € para que por lo menos su agradecimiento fuera más coherente a lo que yo había mandado”. Mi amigo párroco se acordaba del "óbolo de la viuda", en su caso había enviado una ayuda que estaba muy por debajo del agradecimiento recibido, pues quien lo recibía, una ayuda como esa significaba más de medio año de trabajo para conseguir guardar 50 €, es más, 50 € significaba la oportunidad de emigrar y hacer de su vida algo mejor. El pásaje del "óbolo de la viuda" es justo al revés que esta historia, una viuda da todo lo que tiene para vivir que es muy poco y Jesúcristo se siente admirado por esa pobre mujer por dar lo que es una fortuna para ella.
PD: Actualmente, este chico ya está en Brasil cogiendo su vuelo rumbo a Argentina.