La diversión de la juventud actual.
El problema fundamental surge desde esos sitios llamados discotecas. Son lugares donde no es que se baile, pues bailar bailan pocos, son lugares donde va la pandilla y donde se acostumbra a beber. Pero como para divertirse en una discoteca hay que beber, y dado que en ellas es caro pedir lo que sea, pues se bebe alcohol fuera de la misma en los llamados botellones.
Últimamente muchas discotecas han pasado a cobrarte la entrada, que incluye una bebida alcohólica. Ante esto muchos jóvenes apuestan por crear ese sonido de ambiente usando las radios y altavoces del coche en la propia calle. Por ello es habitual que te encuentres la juerga discotequera en la calle.
No es que me lo invente. Yo soy abstemio, no bebo alcohol, y cuando he salido “de marcha” bastante he observado de cómo actúan todos a mi alrededor. Además, opto por preguntar a alumnos, amigos y conocidos, y todos me dicen que antes de entrar a un “garito”, primero se bebe en la calle y luego entras. ¿Y si no se bebe? Entonces su respuesta es que no te lo pasas bien, pues sin el alcohol no hay diversión. Conclusión, para muchos de los que he preguntado, la discoteca es un coñazo sino se bebe.
Luego están quienes beben para reírse desvariando, y para desvariar más se recurre a las drogas. Por ello aparecen éxtasis, cocaína y la heroína, y en las discotecas entran los camellos como Pedro por su casa. En ocasiones los dueños o los porteros de la discoteca hasta se llevan su parte por la venta de drogas, y en otras hacen la vista gorda. En rara ocasión persiguen al camello. He visto en una discoteca como sucesivamente entraba todas las noches el mismo individuo siempre que quiere para vender dentro del local, con el beneplácito del portero y el dueño.
¿Hay crisis de valores? Pienso que no. Lo que si existe es un problema en la juventud sobre como divertirse. Lo de Pozuelo eso si es una crisis de valores por parte de un grupito con capacidad de arrastrar a otros. Muchos chavales tienen los valores muy bien aprendidos, salvo cuando beben o se juntan con la pandilla de amigos, los valores por desgracia se relajan o se pierden. Pues individualmente, un chaval no quema un contenedor de basura o a una mendigo, lo hace solo bajo la influencia de un cabecilla al que sigue embobado junto con otros amigos. Pero esto último es un problema social a todos los niveles, pues son muchos los que doblegan su conciencia ante un cabecilla que es seguido por un grupito numeroso, y los que no lo hacen son criticados o apartados. Con los jóvenes esto pasa igual, solo que en ellos las burradas son mayores.
No creo que haya que echarle la culpa a los padres. Yo he tratado con montones de padres de alumnos míos y puedo asegurar que el problema por como les salen sus hijos rara vez es suyo. Hacen lo imposible por sus hijos aprendiendo inútilmente de otros padres o intentando dar buen ejemplo. Hay padres que jamás beben, ni fuman y los hijos les salen bebedores y fumadores. Hay padres alcohólicos y los hijos les salen abstémicos. Incluso hay chavales con una sorprendente madurez ante la inmadurez de sus padres. Claro que también hay hijos que salen a sus padres o son victimas de un peligroso adoctrinamiento familiar. Pero cada nene es diferente, cada familia también, cada colegio en el que es educado también es diferente, y cada grupo de amigos también. Difícil es hacer consistir el problema en solo un factor como los padres, aunque en una minoría de casos la culpa es suya.
Mi única propuesta a esta solución es enseñar a la juventud sobre como divertirse y pasarlo bien rechazando por completo el alcohol, las drogas, o las superpandis barriobajeras las cuales suelen precisar siempre de un enemigo en común para así forjarse una alianza de autoprotección o una causa u objetivo común entre sus miembros, que por lo general consiste en gamberradas. Aunque sinceramente, la tarea bien difícil es.