Debo suponer que hoy será investido Pedro Sánchez como presidente del gobierno, un tiempo difícil nos espera. El suyo va a ser un calvario, y el del PSOE igual. Se requiere hilar muy fino, y mucho me temo que Sánchez no será precisamente un presidente que hile fino dada su gestión en su partido.

Yo en el lugar de Pedro Sánchez lo tendría claro: convocar elecciones para Septiembre. El marrón de la presidencia del gobierno en la que puede meterse puede dejar arrasada la izquierda, y acabar peor que Rajoy. Si odiados acabaron Aznar y Zapatero, y ni que decir de Rajoy que acabó de la peor forma posible, Sánchez puede acabar peor que como entró, de eso ya lo saben sus tres antecesores de los que conviene aprender la lección, y esos lo han tenido mejor de lo que le va a tocar él. Pero lo peor es proyectar un gobierno sin futuro de legislatura, de dos años y unos meses, sin tiempo de hacer casi nada, con duras negociaciones y en el peor momento de la historia de la democracia.

La pena de España es que los últimos dos presidentes, Zapatero y Rajoy, no estuvieron a la altura del gobierno de este país. Y el que viene tengo muchísimas dudas, pero hay algo que es darle un voto de confianza, y al fin y al cabo, a pesar de mis muchísimas dudas, debo dársela. Espero que mi intuición sean prejuicios hacia su persona, aunque personalmente, no me invade el optimismo. Lo que más me preocupa es que todos sus aliados son unos auténticos irresponsables, y esa ya no es una buena carta de presentación para dar comienzo un buen gobierno.

PD: La ausencia de ayer del congreso de Rajoy es vergonzosa, y no es nada bueno un presidente que se esconde en los momentos difíciles, y más en un restaurante.