Cardenal arzobispo de Sanmtiago, Fernando Chomali defiende a trabajadores Chile: “Un día sagrado no se vende”: Iglesia rechaza apertura de tiendas comerciales en Viernes Santo

Chile: “Un día sagrado no se vende”: Iglesia rechaza apertura de tiendas en Viernes Santo
Chile: “Un día sagrado no se vende”: Iglesia rechaza apertura de tiendas en Viernes Santo

Cardenal Arzobispo recibió y solidarizó con trabajaores de grandes tiendas que serán obligados a trabajar en Viernes Santo, una situación inédita en la hsitoria del país.

Lo que se cuestiona es un modelo de desarrollo centrado exclusivamente en la lógica del consumo y la productividad, que deja de lado la dimensión espiritual, afectiva y comunitaria del ser humano.

En una decisión sin precedentes, las cadenas del retail Falabella, Ripley y París anunciaron que abrirán sus puertas este próximo Viernes Santo, rompiendo con una tradición que ha sido históricamente respetada en el país. La medida ha generado una fuerte reacción desde el mundo sindical y eclesial, al considerarse una vulneración al sentido espiritual y comunitario de la fecha.

En respuesta, la Iglesia de Santiago -a través de su arzobispo Fernando Chomali- emitió un enérgico comunicado luego de sostener una reunión con representantes de los sindicatos de estas empresas. En el texto, se manifiesta el profundo pesar de los trabajadores y se cuestiona con firmeza la decisión empresarial, señalando que impedirá a miles de empleados participar de las celebraciones religiosas de Semana Santa, afectando también la vida familiar y la vivencia comunitaria de un día que es considerado sagrado por gran parte de la población.

Trabajadores con arzobispo Chomali
Trabajadores con arzobispo Chomali

“La apertura de estas tiendas en Viernes Santo hiere profundamente nuestra alma, porque atenta contra la religiosidad de un pueblo y sus tradiciones”, afirma el comunicado.

La Iglesia recuerda que el Viernes Santo es feriado legal en Chile precisamente porque el Estado reconoce en esta celebración un bien común: una instancia de recogimiento, de comunión espiritual y de transmisión de valores que dan sentido a la vida individual y social. Frente a esto, la decisión del retail se presenta como una expresión más del avance del mercado sobre los espacios simbólicos y de descanso que conforman el tejido cultural del país.

Un modelo de desarrollo bajo tensión

La denuncia eclesial va más allá de la defensa de un día feriado. Lo que se cuestiona es un modelo de desarrollo centrado exclusivamente en la lógica del consumo y la productividad, que deja de lado la dimensión espiritual, afectiva y comunitaria del ser humano. Según la declaración, “la prosperidad de una sociedad no se mide únicamente en términos económicos, sino también en su riqueza espiritual, familiar y social”.

Se hace además un llamado directo a las empresas involucradas a reconsiderar la medida, recordando que el trabajo está al servicio de la persona y no al revés, y que imponer una jornada laboral en un día de profundo significado religioso constituye una forma de desarraigo cultural y debilitamiento del sentido común colectivo.

Desde el mundo sindical, los dirigentes también han manifestado su frustración, ya que la decisión empresarial fue tomada de manera unilateral, sin diálogo previo, lo que evidencia —según sus palabras— una preocupante falta de sensibilidad hacia las condiciones humanas de quienes sostienen el funcionamiento de estas grandes compañías.

La fe como bien común

En un Chile en plena transformación cultural, donde las fronteras entre lo religioso y lo secular se reconfiguran, el comunicado de la Iglesia de Santiago pone sobre la mesa una cuestión de fondo: ¿qué lugar ocupa hoy la fe como bien común y no solo como práctica privada?

La defensa del Viernes Santo no es, en este caso, una mera defensa del rito, sino del derecho de las personas a vivir su espiritualidad en comunidad, sin ser obligadas a elegir entre su trabajo y su fe. En tiempos donde se habla de responsabilidad social empresarial, la declaración eclesial interpela a los grandes actores económicos a no contribuir a la fragmentación de la vida familiar y social en aras de beneficios marginales.

“El beneficio económico de un día será a costa de una pérdida significativa de cohesión social”, concluye el texto, recordando que las empresas no solo generan bienes materiales, sino también condiciones simbólicas de convivencia.

A días de una nueva Semana Santa, esta controversia abre un debate mayor sobre los límites del mercado en una sociedad que aún guarda, en su alma más profunda, signos de religiosidad y valores compartidos que no debieran ser sacrificados en el altar del consumo.

A continuación el texto del comunicado:

Santiago de Chile, jueves 20 de marzo de 2025

COMUNICADO

Hoy, representantes de los sindicatos de Falabella, Ripley y París se reunieron conmigo para contarme que dichas tiendas del retail han decidido, por primera vez en nuestro país, abrir el Viernes Santo.

Los dirigentes sindicales han manifestado su profundo pesar y el de sus pares ante la inédita jornada laboral programada para ese viernes 18 de abril. La medida, sin precedentes, impediría a numerosos trabajadores participar en las celebraciones de Semana Santa y tener un día tradicionalmente feriado. Más aún, dicha situación obligará a miles de familias a vivir los diversos oficios y rituales del Viernes Santo por separado, fragmentando la vida familiar.

La noticia resulta lamentable, considerando que la fe constituye una dimensión fundamental del ser humano, que le ayuda a dar sentido a su existencia, a su trabajo y a proyectos personales y familiares. Si el Estado de Chile declara feriado el Viernes Santo es porque reconoce en estas celebraciones un bien para los chilenos, en tanto fortalecen los valores cristianos que han nutrido y animado nuestra cultura y nos unen en torno a ellos.La apertura de estas tiendas en Viernes Santo hiere profundamente nuestra alma, porque atenta contra la religiosidad de un pueblo y sus tradiciones, vulnera la historia y los valores que nos identifican como nación. Este patrimonio inmaterial no solo merece respeto, sino que hay que cuidarlo, porque el beneficio económico de un día será a costa de una pérdida significativa de cohesión social, de valores compartidos que son fuente de unidad y fraternidad. La prosperidad de una sociedad no se mide únicamente en términos económicos, sino también en su riqueza espiritual, familiar y social.

Las empresas, como actores relevantes de la sociedad, tienen la responsabilidad ineludible de preservar y fortalecer el valor social que generan, y no de desperdiciarlo mediante la imposición de una jornada laboral en un día de profunda significación para numerosos ciudadanos. Es bueno recordar que el trabajo está al servicio del ser humano, la familia y la sociedad, y no al revés. El trabajo no es una mercancía que se transa en el mercado, porque es realizado por una persona cuya naturaleza integra tanto la dimensión corporal como espiritual.

Pido a las empresas involucradas, y creo representar a la inmensa mayoría del país, que reconsideren esta decisión y mantengan sus puertas cerradas ese día, permitiendo así que miles de familias puedan vivir una bendecida Semana Santa. Reconocemos y valoramos profundamente la importancia del trabajo y la contribución de los empresarios que lo generan, pero no podemos olvidar que la fe es constitutiva de las personas y familias de Chile y representa, además, un motor esencial que impulsa a trabajar para llevar dignamente el sustento al hogar.

+ Cardenal Fernando Chomali G.
Arzobispo de Santiago

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