El Papa convoca a los cristianos a ser "semillas de esperanza" frente a la "locura" del conflicto bélico "Estoy con Ustedes": Francisco envía su cercanía a los católicos de Medio Oriente
En una emotiva carta, el Papa renueva su cercanía a los habitantes de Gaza y lamenta la "espiral de violencia" iniciada el 7 de octubre tras el ataque de Hamas en suelo israelí
"Hace un año se ha encendido la mecha del odio; no se extinguió, sino que estalló en una espiral de violencia, en la vergonzosa incapacidad de la comunidad internacional y de los países más poderosos para silenciar las armas y poner fin a la tragedia de la guerra"
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
Un pastor cercano a su pueblo, más allá de los kilómetros físicos y del muro que se ha construido en el último ao a causa de los incesantes bombardeos y ataques sobre la población civil de Gaza. Un pastor que le dice a su pueblo fiel: "Estoy con Ustedes", en un mensaje que sale del corazón pontificio y que muestra ser una caricia en medio de una guerra que, Francisco no se cansa de decirlo, "es una derrota". Siempre, y más aún cuando ya van 365 días de una "espiral de violencia" que no deja crecer el diálogo y, mucho menos, la Paz.
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"Pienso en Ustedes y rezo por Ustedes. Deseo comunicarme con Ustedes en este día triste. Hace un año se ha encendido la mecha del odio; no se extinguió, sino que estalló en una espiral de violencia, en la vergonzosa incapacidad de la comunidad internacional y de los países más poderosos para silenciar las armas y poner fin a la tragedia de la guerra", planteó el pontífice en una carta dada a conocer hoy a un año del ataque del grupo Hamas en territorio israelí que desencadenó una respuesta militar sobre países de la región.
Francisco, que se comunica a diario con una parroquia en Gaza para conocer de cerca la situación de los cristianos en el lugar, volvió a mostrar hoy la capacidad de escucha, cercanía y atención que ha caracterizado su vínculo con las víctimas de todo tipo de situación y de conflicto.
"La sangre fluye, como lágrimas; la ira aumenta, junto con el deseo de venganza, mientras parece que pocos se interesan por lo que más se necesita y lo que la gente quiere: el diálogo, la paz. No me canso de repetir que la guerra es una derrota, que las armas no construyen el futuro sino que lo destruyen, que la violencia nunca trae la paz. La historia lo demuestra, pero años y años de conflictos parecen no haber enseñado nada", agregó el Papa en la misiva dada a conocer por la oficina de Prensa de la Santa Sede.
En la carta, mientras estos días avanza además una incursión militar israelí sobre el "querido Líbano", como lo ha llamado más de una vez, el Papa habla a "hermanos y hermanas en Cristo que habitan en los lugares más mencionados en las Escrituras, son un pequeño rebaño indefenso, sediento de paz".
Así, les agradece "por lo que son, gracias porque quieren quedarse en tus tierras, gracias porque saben orar y amar a pesar de todo. Son semilla amada por Dios y así como una semilla, aparentemente asfixiada por la tierra que la cubre, saben siempre encontrar su camino hacia arriba, hacia la luz, para dar fruto y dar vida, así no son devorados por las tinieblas que los rodean pero, plantados en sus tierras sagradas, conviértanse en brotes de esperanza, porque la luz de la fe los lleva a dar testimonio del amor mientras se habla de odio, al encuentro mientras se extiende el conflicto, a la unidad mientras todo cambia".
Los hombres de hoy no saben cómo encontrar la paz y los cristianos no debemos cansarnos de pedírsela a Dios. Por eso hoy invité a todos a vivir una jornada de oración y ayuno
Con lo que llama "corazón de padre", Francisco habla al "pueblo santo de Dios" que habita en la región y, con cercanía de pastor, les dice: "hijos de sus antiguas Iglesias, hoy "martiriales"; a ustedes, semillas de paz en el invierno de la guerra; a ustedes que creen en Jesús "mansos y humildes de corazón" (Mt 11,29) y en Él se hacen testigos de la fuerza de una paz indefensa".
Para Jorge Bergoglio, "los hombres de hoy no saben cómo encontrar la paz y los cristianos no debemos cansarnos de pedírsela a Dios. Por eso hoy invité a todos a vivir una jornada de oración y ayuno. La oración y el ayuno son las armas del amor que cambian la historia, las armas que derrotan a nuestro único enemigo verdadero: el espíritu del mal que fomenta la guerra, porque es "asesino desde el principio", "mentiroso y padre de mentira" (Juan 8). :44)".
"¡Por favor, dediquemos tiempo a la oración y redescubramos el poder salvador del ayuno!", profundizó, en ocasión de la jornada de ayuno por la Paz que cumple desde Roma.
"Tengo algo en mi corazón que quiero decirles a ustedes, hermanos y hermanas, pero también a todos los hombres y mujeres de todas las denominaciones y religiones que sufren la locura de la guerra en Medio Oriente: estoy cerca de ustedes, Estoy con ustedes"
"Tengo algo en mi corazón que quiero decirles a ustedes, hermanos y hermanas, pero también a todos los hombres y mujeres de todas las denominaciones y religiones que sufren la locura de la guerra en Medio Oriente: estoy cerca de ustedes, Estoy con ustedes", sentenció Francisco, en una emotiva muestra de cercanía.
"Habitantes torturados y exhaustos de Gaza"
"Estoy con ustedes, los habitantes torturados y exhaustos de Gaza, que están en mis pensamientos y oraciones todos los días. Estoy con ustedes, obligados a abandonar sus casas, a abandonar la escuela y el trabajo, a vagar en busca de un destino para escapar de las bombas. Yo estoy con ustedes, madres que derraman lágrimas mirando a sus hijos muertos o heridos, como María viendo a Jesús; con ustedes, pequeños que habitan las grandes tierras de Medio Oriente, donde las conspiraciones de los poderosos les quitan el derecho a jugar. Yo estoy con ustedes, que tienen miedo de mirar hacia arriba, porque del cielo llueve fuego", desarrolló.
"Estoy con ustedes, que no tienen voz, porque se habla mucho de planes y estrategias, pero poco de la situación concreta de quienes sufren la guerra, que los poderosos obligan a otros; Sin embargo, sobre ellos se cierne la inflexible investigación de Dios (cf. Sab 6,8). Estoy con ustedes, sedientos de paz y de justicia, que no ceden a la lógica del mal y en el nombre de Jesús "amen a vuestros enemigos y oren por los que los persiguen" (Mt 5,44)", agregó con el estilo poético que caracteriza sus prédicas más importantes.
"Gracias, hijos de la paz, porque consuelan el corazón de Dios, herido por la maldad del hombre. Y gracias a quienes en todo el mundo los ayudan. A ellos, que cuidan de Cristo hambriento, enfermo, extranjero, abandonado, pobre y necesitado en ustedes, les pido que sigan haciéndolo con generosidad. Y gracias a ustedes, hermanos obispos y sacerdotes, que llevan el consuelo de Dios a las soledades humanas. Les pido que miren al pueblo santo al que están llamados a servir y dejen que toque su corazón, dejando de lado, por amor a sus fieles, toda división y ambición", finalizó en ese marco.
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