El papa Francisco, a la cabeza de la maquinaria vaticana, volvió a tener hoy un fuerte gesto hacia Beijing, en medio de los crecientes acercamientos bilaterales: en el vuelo de Bangkok a Tokio llamó “Nación” a China, apenas “territorio” a Hong Kong y solo habló de “pueblo” en Taiwán, pese a que la isla asiática es la única de los tres que mantiene relaciones diplomáticas con la Santa Sede.

En el gesto político más importante de la gira asiática que inició el miércoles en Tailandia y por la que visitará Japón desde hoy hasta el martes, Jorge Bergoglio volvió a dejar en claro su constante acercamiento a China, donde los (hoy) apenas 10 millones de católicos son vistos por el Vaticano como un fermento para potenciar el catolicismo en busca de crecer dentro de los 1.300 millones de habitantes del gigante asiático.

Así, Francisco dio el paso más importante a China desde el acuerdo bilateral de 2018 para la designación de obispos y, al sobrevolar el espacio aéreo, envió un telegrama al mandatario Xi Jinping que confirma el rumbo de la diplomacia vaticana.

"Envío mis cordiales saludos a su Excelencia al volar sobre China en mi camino a Japón. Aseguro a Usted mis oraciones por la Nación y su pueblo, invocando sobre todos ustedes abundantes bendiciones de paz y felicidad", severó la misiva enviada por el pontífice al pasar por la isla de Sanya, pertenenciente a la República Popular.

Sin referencias al caos en Hong Kong

Al mismo tiempo, en el telegrama enviado a Carrie Lam, la administradora de Hong Kong, Francisco no solo no hizo referencia a la problemática situación del lugar por las protestas de grupos desestabilizadores que han prendido fuego y sembrado el caos en la ciudad, sino que ratificó que para la Santa Sede Hong Kong es parte indisoluble de China al calificarlo de "territorio".

"Al volar sobre su territorio, extiendo mis mejores deseos a Su Excelencia y a sus ciudadanos. Invocando bendiciones divinas, rezo para que el todopoderoso pueda garantizarles a todos ustedes bienestar y paz", escribió Bergoglio. 

Por último, la misiva a Taiwán, el único de los tres con relaciones diplomáticas con Vaticano, Francisco escribió: "Al entrar en el espacio aéreo de Taiwán en mi canino a Japón, envío mis cordiales saludos a Su Excelencia y sus ciudadanos. Asegurando mis oraciones para todo el pueblo de Taiwán, invoco abundantes bendiciones divinas de paz", le comunicó a la presidenta Tsai-Ing-Wen.