Paso a paso, por las figuras de un belén de hoy El día a día, para completar una navidad viviente (II)
De nuevo nos encontramos con las reflexiones sobre estampas y figuras de ese lugar tan emblemático para comprender la historia y signar nuestros días.
La navidad real y posible en el hoy de una pandemia que reclama ternura y cuidado.
Cada paso nos puede ayudar a adentrarnos en el misterio de lo que somos y de lo que esperamos, cuando nos abrimos a la trascendencia de lo humano.
Cada paso nos puede ayudar a adentrarnos en el misterio de lo que somos y de lo que esperamos, cuando nos abrimos a la trascendencia de lo humano.
| Eugenio Campanario Larguero
3 de enero 2021
AMISTAD.
En la vida es un regalo mirar juntos en la misma dirección, no saber si escuchas tus pasos o los del amigo, sentir que una misma estrella os llena de una misma luz. La amistad es una tarea que nos labra por dentro y que nos hace compartirnos y crecer a un tiempo.
4 de enero 2021
PUENTE.
¡Qué hermosos, en cualquier lugar, los puentes! Nos hablan de concordia, de dos orillas, dos proyectos de vida, dos afanes que decidieron unir sus destinos y sus esfuerzos y caminar juntos, dejando atrás lo que los separaba (que podía ser un río o un barranco, pero también un viejo odio, sangre derramada o una ofensa cuyos orígenes nadie recordaba al cabo del tiempo). Los puentes son parábolas de Dios hechas piedra. Recorrerlos es dejarse desnudar de las razones propias y calzarse las sandalias del lejano que se hace cercano, alguien a quien comprendemos. Seguramente habría muchos puentes en Belén, para multiplicar y acercar el misterio de un Dios-niño que abría el más maravilloso puente entre Dios y el hombre.
5 de enero 2021
PEREGRINOS.
Haznos, Señor, peregrinos.
Que nuestra única certeza sea nuestro destino, que eres tú.
Pero no nos des caminos fáciles y conocidos.
Deja que nos visite la incertidumbre, que dudemos en los cruces, que nos perdamos, que añoremos la luz que dejamos atrás.
Haznos, Señor, peregrinos inquietos, que no detengan el paso.
Caminantes que tiendan la mano a la esperanza.
Peregrinos con poco que robar por los bandidos del camino.
Haznos peregrinos tuyos, que te busquemos en los caminos donde el hombre se juega la dignidad; y donde la paz siembra sus raíces inquietantes.
Que no busquemos el incienso que adormece; ni el rumor agrio de los aplausos, sino que avancemos hacia la certeza de los escorpiones que dejas habitar en nuestras almas.
Haznos Peregrinos de tus noches sin amanecer; y de tus preguntas sin respuesta.
6 de enero 2021
EL DON.
Hasta aquí llega el rey y se despoja de su corona ante el Rey. Aquí viene el pastor y pone su cordero a los pies del verdadero Pastor. ¡¡¡Que nuestras vidas sean, a tus pies, un don!!! Aquí quiero dejar mis palabras, para que tú las sanes y las llenes de luz. Dejarán aquí los niños sus juegos, para que se conviertan en manos abiertas, que siempre reciben al otro. Traeremos todas las mascarillas de nuestro mundo, para que nos ayudes a sanar los corazones, al tiempo que cuidamos nuestros cuerpos. Pondremos ante el pesebre el mapa de todas las naciones de la Tierra, para que ante ti surjan arados y podaderas, donde nosotros fabricamos armas terribles. El queso de la pastora te traeremos, para que acabes con el hambre de los niños. Y las manos agrietadas de la lavandera, para que las acaricies y sean palomas de consuelo. Toda nuestra vida será un don ante el que es regalo hecho carne, el Dios que vino al chozo humilde, al pesebre abandonado que era la humanidad. Y que estos dones se multipliquen, y creen el mundo nuevo y la tierra nueva que tú prometes y necesitamos.
7 de enero 2021
EL ÁNGEL.
Y mira que dije que no iría. Que a mí me dan vértigo esos vuelos nocturnos que tanto le gustan a Nuestro Señor. ¿Que hay que pelearse con un tal Jacob toda la noche? Allá que voy, porque me mandan. ¿Que hay que estar sin pegar ojo toda una noche en Egipto? Pues allá voy yo, parece que no haya otro. Y me tocó esa noche también. ¿A quién he de ir? ¿A la dulce muchacha nazarena? ¿Al carpintero de noble corazón? ¡No! Me toca ir a hablarle a unos pastores. ¡Unos pastores! Le dije a Miguel que no iría. ¡Que los pastores son muy brutos! Les hablan y no se enteran. Y si te descuidas te tiran un pedrusco a la cabeza. ¡Que no voy, que no voy: que vaya otro! Pero fui. ¡Qué iba a hacer! Cuando Miguel se pone así... cualquiera le lleva la contra. Me recibieron bien, un poco bobos... normal: las horas. Si estarían ya medio dormidos. Pero se pusieron en pie cuando les dije que había nacido un Salvador. "Esta gente necesita algo", pensé. ¡Y tanto! Esta gente busca el consuelo, la paz, que las entrañas se les llenen de sol y de cantos. ¡Esta gente vive en la noche! Y lo que busca es una luz, claro. Una luz grande, una luz esperanzada y gozosa. ¡Pues eso mismo, eso mismo he venido a anunciarles yo! ¡Así que me alegro tanto de haber venido! (Me he mareado, como siempre, eso sí, y hasta he dado un par de tambaluces, pero me da igual, porque así se han reído unos chiquillos, que se habían puesto a llorar cuando me vieron aparecer). Está bien esto de traer buenas noticias a la gente, pienso yo. Lo pasé muy mal la mañana en que desahuciamos a Adán y Eva del Paraíso; y cuando lo de Sodoma y Gomorra. ¡Chacho, es que me veo en todas! Pero esto ha sido muy especial, muy bonito. ¡Ah, y que el niño es precioso, que yo lo he visto! Y esa mujer, que es una maravilla, con tanta serenidad. Y hasta José, el de los sueños, estaba más contento que otras veces que lo he visto. Bueno, me toca irme. NO creo que me toque volver pronto. Y si vengo, que sea para ver a este chiquillo y traer alguna buena noticia. Así sea. Amén, amén.
8 de enero 2021
LOS PASTORES.
Belén, año 8 de la era cristiana. ¡Qué ojos puso el ángel aquel al ver que nos levantábamos y escuchábamos bien atentos lo que decía! Algunos se creen que, por ser de pueblo, no nos enteramos. Y sí nos enteramos, sí. Vivimos en el campo, con los animales, porque así no tenemos cuentas ni con Herodes, que es un criminal sin entrañas; ni con los romanos, que traen muchas leyes y mucha palabrería, pero tampoco nos quieren bien. Los que vivimos en estos pueblos chicos sabemos lo dura que es la vida: lo que cuesta que un niño no se nos muera en los primeros años; y lo difícil que es vender los quesos cada día, porque la gente cuenta sus monedas desesperada, viendo que los días se pasan y no hay trabajo. Aquella noche nos pusimos de pie porque, por fin alguien nos habló de esperanza. No nos dijo que la otoñada sería buena, ni que los corderos tendrían buen precio en la Pascua próxima en Jerusalén. Ni nos dijo que Herodes bajaría los impuestos o que los romanos dejarían de comerse de vez en cuando la oveja más gorda. ¡Pero trajo una luz tan grande, una paz tan profunda! Así que nos pusimos todos a correr, como niños, hacia Belén. A mitad del camino nos volvimos, porque, aunque somos muy brutos, como dicen algunos, nos dimos cuenta de que lo suyo era llevar algo a esa familia, que acababa de tener un niño. Y cuando lo vimos, supimos que eran verdad todas las promesas del ángel. Y cantamos y lloramos de alegría. Y bailamos. Y, aunque somos muy ceporros, nos sentimos nuevos y mejores. Aquella noche fue la mejor noche de nuestras vidas. Y su luz no se ha ido, tantos años después, de nuestra majada.
9 de enero 2021
ARMONÍA.
¡Qué noche tan hermosa! Belén era el nuevo Paraíso. El hombre y mujer, juntos, cuidaban el mejor fruto del árbol del Bien y el Mal, en el tronco seco del pesebre. La vieja serpiente no podía tener allí cueva ni acomodo posible. Todo se hermanaba al tiempo del nacimiento: el agua cantaba canciones suaves y lentas; aleluyas del cielo que se escurrían entre piedras para alabar al niño. Los rebaños, las acémilas, los animales de casa... todos, en silencio, acunaban el sueño del niño. Las palmeras alargaban sus palmas para formar un palacio inmenso donde Dios se hiciera niño para los hombres. Fue una noche hermosa en la que abrazarse era fácil y el extraño no era un peligro, ni una amenaza, sino un compañero de camino. Fue aquella noche, como la noche del día en que Dios concluyó su obra y vio que todo era muy bueno. Esa noche... fue todo mejor.
10 de enero 2021
FIN DE LA NAVIDAD. Contemplación del Niño.
¿Qué rincón de mi ser no será tuyo?
¿Qué palabra diré que no sea un eco?
Plantaste tu tienda, luz del mundo,
renovaste como niño el Universo.
Navidad es de nuevo el Paraíso,
el hombre renacido, gozo inmenso.
Navidad es sabernos más sencillos,
y sanar los corazones desde dentro.
A tus pies soñaremos ser pastores
que en la noche, tan fría, te queremos:
¡Niño en Belén, Niño de amores!
¡Niño que así nos salva, Niño eterno!