En muchos países ha surgido una nueva moda, el “black friday”, o día que inaugura la temporada de compras navideñas. La moda proviene de EEUU donde se celebra un día después del Día de Acción de Gracias. Y su objetivo no es otro que el incrementar el consumo. ¿Qué actitud deberíamos adoptar ante esta incitación al consumo?

Una primera reflexión tiene que ver con el consumo responsable. Con la sugerencia que emana de la encíclica “Laudato si” de romper con la cultura de “usar y tirar", que tanto daño está haciendo a la naturaleza. Con el fomento del consumo sostenible, que gira en torno a cinco 'erres': reducir, reciclar, reusar, reparar y redistribuir.

Una segunda reflexión deriva del riesgo de manipulación que corremos los consumidores. En una campaña reciente se puso de manifiesto que aunque los comercios hablaban de grandes rebajas no era oro todo lo que relucía. De hecho las redes sociales advirtieron sobre determinadas campañas de publicidad engañosa.

La más comentada fue la de Mediamark. “Ellos no son tontos”, decían las redes sociales. Porque según dichas redes una semana antes del Black Friday habían subido los precios de sus productos para después bajarlos creando la ficción de una rebaja que en realidad era puro humo. De hecho un estudio de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) confirmó las acusaciones.

Hoy, amigo lector, quiero te sientas interpelado por la encíclica “Laudato si” y te preguntes cómo hacer para que no quede en papel mojado; para que no pase sin pena ni gloria; para que sea efectiva.

Te propongo, en concreto, algunos interrogantes:

¿Somos los consumidores unos peleles manejados por la publicidad? ¿Estamos condenados a serlo?

¿Qué podemos hacer por una responsabilidad social de todos y basada en ciudadanos más concienciados y consumidores más exigentes?

Para los escépticos lanzo una pregunta adicional: si crees que nada se puede hacer ¿cómo vamos a contribuir a hacer un mundo más justo, humano, solidario y cristiano?