"Estamos ante una policrisis que afecta a los cimientos de la civilización" Nuestra crisis de civilización y San Agustín: un retiro para todos
La Iglesia ha convocado el Jubileo de la Esperanza en un momento histórico en que la humanidad no podía necesitarlo con mayor urgencia
El inicio del segundo mandato presidencial de Donald Trump y su voluntad de forjar una Internacional Integrista hace que nuestro mundo sufra un peligroso giro para el que nadie parece preparado
"San Agustín aparece como un maestro para guiarnos en este tiempo de crisis civilizatoria porque fue capaz de iluminar al mundo en medio del completo derrumbe del imperio romano. Puso las bases para reconstruir la civilización desde su experiencia de Dios"
"San Agustín aparece como un maestro para guiarnos en este tiempo de crisis civilizatoria porque fue capaz de iluminar al mundo en medio del completo derrumbe del imperio romano. Puso las bases para reconstruir la civilización desde su experiencia de Dios"
| Fernando Vidal, sociólogo
La historia está llevando el siglo XXI por la cuerda floja y hay fundamentos de nuestra civilización que dábamos por supuesto que están en cuestión: Derechos Humanos, Democracia, Fraternidad cosmopolita, Justicia universal, Sostenibilidad ecológica, movilidad humana, multilateralismo, gobernanza mundial…
Ya no solamente el pacto llamado de la Nueva Era que Rusia y China firmaron en enero de 2023 plantea una impugnación de la universalidad de los Derechos Humanos y la Democracia. A ese pacto se han sumado numerosos países de la órbita de Putin y Jinping como Irán, Hungría, Bielorrusia, Nigeria, Venezuela, etc. El Papa Francisco ya advertía en la profética encíclica Fratelli Tuttique más de un cuarenta por ciento de la humanidad se hallaba en países con regímenes autoritarios y que el progreso de la democracia en la Tierra está sufriendo una regresión.
A ese bloque autócrata se están sumando fuerzas ultraderechistas emergentes en todo Occidente, en complicidad con el populismo de redes sociales globales como la X de Elon Musk, que promueve y financia el extremismo por todo el planeta. Ha llegado a fomentar que “la guerra civil en Reino Unido es inevitable”. El inicio del segundo mandato presidencial de Donald Trump y su voluntad de forjar una Internacional Integrista hace que nuestro mundo sufra un peligroso giro para el que nadie parece preparado…
Policrisis
Lo que está en cuestión no es un estilo político ni estrategias que den mayor protagonismo al Estado o a los mercados, sino que estamos ante una policrisis que afecta a los cimientos de la civilización.
La Iglesia ha vivido en dos mil años varias crisis todavía más graves que esta. San Agustín aparece como un maestro para guiarnos en este tiempo de crisis civilizatoria porque fue capaz de iluminar al mundo en medio del completo derrumbe del imperio romano. Puso las bases para reconstruir la civilización desde su experiencia de Dios. Hallar a Dios en lo más abisal de la intimidad y en lo más alto de nuestro pensar hizo que la civilización renovara su fe y la razón.
Es momento de que nos inspiremos profundamente en el modo como san Agustín responde a la crisis sistémica. Y lo hace desde un nuevo modo de hablar de la relación con Dios
Es momento de que nos inspiremos profundamente en el modo como san Agustín responde a la crisis sistémica. Y lo hace desde un nuevo modo de hablar de la relación con Dios. Agustín de Hipona nos muestra que solo profundizando en cada corazón y en el espíritu de nuestra sociedad se puede recrear y fortalecer la civilización. Esa profundización necesita hacerse desde todos los medios espirituales de la sociedad.
Solo con una profundización en el arte, la lectura y el estudio, la experiencia de la naturaleza, la conversación y fraternidad con los demás, la contemplación del mundo, la celebración religiosa y la fe, la meditación y la plegaria, etc. podemos responder a la gravísima crisis que ya se extiende como un tsunami.
Desde luego hacen falta muchos cambios en el sistema como hacer más densa la sociedad civil, reformar la gobernanza de la economía global, reducir la desigualdad, recrear los partidos políticos, etc. Pero sin medios para la interioridad en el corazón de nuestra civilización y de cada uno, seguirán siendo cambios formales de ideológicos.
No bastan cursos, conferencias, ideas, sino que es imprescindible la meditación y la plegaria. Solo ella lleva las ideas necesarias a las instancias más hondas, solo ella nos acerca a la gracia de una conversión del fondo y nuestra razón. Porque este no es un problema de reglas e ideas, sino que es un problema de abandono y revinculación, de amor y desamor entre la gente, con la sociedad, con la naturaleza y con Dios. Solo puede suceder en el fondo.
El cambio que necesitamos no puede operar solo en el plano ideológico, no va a venir solo porque aumente la información ni porque haya discusiones, sino que es necesaria la meditación, la oración, retiros donde tejamos de nuevo pueblo desde las entrañas. Pero, ¿nuestra sociedad cuenta con suficientes medios, espacios y tiempos para ese cambio entrañable, medios para la reflexión vital, para la conversión de profundidad?
Los retiros, espacios de regeneración
Necesitamos el modo civilizatorio de san Agustín. Los retiros son una muy buena herramienta para generar espacios de regeneración vital de cada uno y los vínculos populares, de interiorización en nuestras entrañas de lo que Pablo Vi llamó aquella Navidad de 1975 la «civilización del amor» y que ahora necesitamos más que nunca.
Os invitamos a participar en estos retiros y lo hacemos celebrando un retiro de medio día alrededor de San Agustín en las parroquias jesuitas del Norte de Madrid. Es un Espacio Abierto donde cualquiera puede participar sin compromiso, entrar y salir, es orar en la frontera donde todos somos simplemente seres humanos. También podéis descargaros el pdf con el Cuaderno de oración y organizarlo vosotros mismos fácilmente (incluye una lista de música en Spotify) en vuestras parroquias, vecindarios o espacios en que lo veáis oportuno.
Necesitamos fomentar espacios abiertos de oración para recrear pueblo de Dios y responder al cambio de civilización en dirección a la profundidad del corazón y la fraternidad universal. El Jubileo de la esperanza es una gran oportunidad para ser creativos en esta misión para iluminar una Ciudad de Dios.
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