Lecciones del caso Pujol
A lo largo de los 34 años en los que defraudó a Hacienda, escondiendo dinero en paraísos fiscales, Pujol aparentaba trabajar para dotar a la política de moral y decencia.
Pujol había firmado diversos convenios que tenían como objetivo la inclusión de un código ético para combatir el descrédito de los políticos y acercar la vida política a la ciudadana.
¿Cómo reaccionar ahora ante su descrédito?
Ante la declaración sobre el dinero oculto de Pujol la Cátedra Ethos de la Universidad Ramón Llull ha mostrado su completo rechazo y dolor. El comunicado emitido por la cátedra habla de sentimientos de estupor, perplejidad, indignación, lástima, e incluso, rabia.
La lección a extraer de lo ocurrido es que la decepción no debe conducirnos a la desidia. Ni a asumir que la corrupción es implícita al ejercicio de la política. Sino, todo lo contrario, a la lucha tenaz para trabajar para un futuro mejor para nuestros hijos.
Es lo que han hecho desde la Cátedra Ethos, que insisten en que el caso Pujol les exige buscar nuevos referentes en política. Y me parece un buen ejemplo que ojalá y sigan las demás Instituciones que a lo largo de los años lo han premiado.
La corrupción, venga de donde venga y tenga el color que tenga, nos debe impulsar a buscar mecanismos para combatirla. Porque sería muy triste y muy negativo que la decepción ante los corruptos nos conduzca a la desidia.