Cuando la verdad puede no ser toda la verdad

Dice la sabiduría popular que la historia la escriben los vencedores. Muchas veces se ha dicho que la versión oficial sobre lo ocurrido en España, el 23 de febrero de 1981, estaba sesgada. Ahora ha surgido un libro que cuestiona muchas de aquellas interpretaciones. Creo es de justicia conocerlas y esforzarse por conocer toda la verdad.

En el libro “La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y el Rey prefiere no recordar”, Pilar Urbano sostiene que "La gran desmemoria de Suárez no sólo ha beneficiado al Rey, también a Felipe González, a Osorio, a Fraga, a Herrero de Miñón, a Segurado y a todos los comparsas de la Operación Armada, militares, empresarios, periodistas".

Cito algunas frases del libro:

• Su Majestad llevaba año y medio oyendo de militares, de empresarios, de banqueros, de algunos obispos, de catedráticos, de gente de distintos sectores sociales, de algunos periodistas, que todo iba muy mal y que había que cambiar el Gobierno y a su presidente.

• El 4 de enero de 1981 Armada calienta la cabeza a don Juan Carlos sobre la situación límite que vive España…Le da una «solución de Estado». Le plantea que ya tiene a punto, no un golpe de Estado, sino un golpe de timón, un golpe de Gobierno. Armada, en el que el Rey confía plenamente, ha tenido numerosas reuniones con políticos en activo de todos los signos.

• Don Juan Carlos traslada a Suarez el panorama apocalíptico militar descrito por Armada, con varios golpes militares en marcha. La realidad es que había sido el propio Armada, con el CESID junto a civiles, políticos, empresarios, periodistas..., quienes habían puesto en marcha el ventilador para crear ese clima de ruido de sables. Se había ido creando un ambiente para que pareciera que antes de que llegara lo peor, un golpe militar puro y duro, lo intermedio, o sea, la Operación Armada, el golpe de timón o golpe de gobierno, sería lo mejor.

• El 27 de enero Suárez acude a Zarzuela para comunicar al Rey que tira la toalla, que se va. El Rey asiste, impávido, a la explicación de Suárez, que se queja de tener el enemigo dentro. Él ya sabe, como me dijo años después Sabino, que estaba en marcha una moción de censura movida y encabezada por Armada. Gente de su partido, como Herrero de Miñón, participa activamente. Piensa que con su dimisión podrá desactivarla. Pero Armada se veía ya como presidente de un gobierno de concentración, una operación que comenzó a trazarse en Zarzuela en julio de 1980.

• La noche del 23F: “De pronto, don Juan Carlos rompe en sollozos. Sollozaba, recordaba Sabino, como si se le hubiera roto un juguete. No, más que un juguete: el gran juguete, la Corona. Fue un momento en el que el Rey no sabía cómo acabaría aquello, qué reacción militar podría haber, él había tenido muchas conversaciones con gentes diversas, se habían prometido carteras, estaba formado prácticamente un Gobierno... ¿Quiénes iban a callar? ¿Quiénes iban a hablar? ¿Qué se iba a decir...?».

• El Rey nos salvó in extremis de un golpe que él mismo había puesto en marcha, no queriendo que fuera un golpe, queriendo una solución fraguada en el Parlamento; pero Suárez le advertía: «¡Esto es un golpe!».

• Conversación entre Suarez y el Rey el 24 de febrero:

-Suarez: alentando a Armada y a tantos otros, jaleándolos, dándoles la razón en sus críticas, diciéndoles lo que querían oír de boca del Rey, tú mismo alimentaste el dichoso malestar militar (...) Sabes cómo entre el Guti (el general Gutiérrez Mellado), Agustín (Rodríguez Sahagún) y yo hicimos trigonometría para desplazar al quinto moño a los generales golpistas, a los que tú a la semana siguiente recibías; y cómo me opuse al traslado de Armada.

- El Rey: Pero ¿tú te das cuenta de lo que dices... y a quién se lo dices?

-Suarez: sé demasiado bien a quién se lo digo. Esta situación la has provocado tú.

- El Rey: Noooo. Al revés, la has provocado tú y la he evitado yo».

Reitero que son frases extraidas de un libro. ¿Sesgadas también? Yo no sé cual es toda la verdad. Pero me parece bueno beber de diversas fuentes para encontrarla.
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