El viajero no recuerdo volver alguna vez al mismo sito. A veces lo nuevo se parece a lo que siempre había deseado que fuera, a veces se parece más a lo nunca hubiera deseado ver ni oír. Los pasillos de la casa se llenan de pasos nunca antes escuchados, en el ascensor oye buenos días que nunca había oído. Al son de sus pasos por la calle, se vuelve gente que antes n había visto nunca. En la cafetería le sonríe desde la esquina gente que nunca había visto allí ni en otra parte, nunca. Los lugares y más aún, las gentes son arroyos, cascabeles en la nieve. Pero los cambios más llamativos los percibe en los amigos y supone que sus amigos los percibirán los suyos. Cada cambio formula una pregunta sin usar ni una palabra. Unas veces lo nuevo le parece montones de cristales rotos, un pedazo de cielo derrumbado o tal vez un turbio pantano y entonces siente la vida como un bosque sin senderos que azuza el espanto, y otras la vida le parece un jardín de flores y rosas nuevas que le hacen encontrarse con la vida anhelada. Llevaría una eternidad lo nuevo que se encuentra cada vez que vuelve al mismo lugar.