Los políticos andan escasos de hechos y ahítos de ocurrencias. Dicen que van agobiados por el peso que llevan sobre sus hombros, y que sufren insomnio y desvelos por los cuidados de que se han hecho cargo en favor del respetable. Despiertan piedad cuando se confiesan agobiados por la soledad, la incomprensión, la responsabilidad. Y añaden: tengo la tentación de dejarlo todo para de dedicarme a la profesión y a la familia que tengo abandonadas pero la vocación de servicio, y la responsabilidad de que los votos me han investido me obligan a seguir. Muchos me piden que siga porque “nadaría en el ambiente como una sensación de profunda orfandad si, en este momento, Usted cayera en la tentación de abandonar”. Pero para ocurrencias, ninguna comparable a la de un científico social.  Cuando lo oí creí que había hecho un chiste, pero me han asegurado que lo ha dicho en serio: Las monjitas son las causantes de que el PP haya ganado las elecciones por mayoría absoluta en Galicia.