Esta noche, se sentía el viento de la nieve rondar los bordes de la cama y se escuchaba el desgarrado cortejo de los gatos en celo que gemían como pájaros nocturnos arrastrándose por los tejados. Esta mañana, el universo apareció, vacío de cosas, envuelto en la sencillez del misterio, una especie de poder mágico, que producía un silencio sombrío, denso, abrumador, y aprisionado por una mano enorme, una inmensa nevada.