Estas peticiones han conformado el acto penitencial y de profesión con que ha dado inicio la misa con la que se ha abierto la fase diocesana del Sínodo de los Obispos, que ha convocado el papa Francisco para octubre de 2023 en el Vaticano.
Polémica con el videoclip de C.Tangana y Nathy Peluso
Este acto penitencial ha tenido lugar tras la polémica que surgió la pasada semana por el videoclip Ateo, que grabaron en la capital primada C.Tangana y Nathy Peluso y que finalmente motivó la dimisión del deán del templo, Juan Miguel Ferrer, que se ha hecho efectiva este sábado.
Al iniciarse la polémica, el Cabildo Primado justificó, en una carta firmada por Ferrer, que se autorizara la grabación del videoclip, porque "presenta la historia de una conversión mediante el amor humano", aunque pidió disculpas por si "a algunas personas les pueda producir desagrado" o herir su sensibilidad.
Sin embargo, en un escrito Cerro lamentó que se hubiera grabado en la catedral y pidió perdón a todos los fieles laicos, consagrados y sacerdotes "que se han sentido justamente heridos por este uso indebido de un lugar sagrado".
Larga ceremonia religiosa
Posteriormente, el arzobispo dio a conocer que "a raíz de los acontecimientos recientes" quería unir la celebración de apertura de la fase diocesana del Sínodo de los Obispos con una invitación "a la conversión, reparación por los pecados y purificación que requiere este tiempo de gracia y renovación interior, y que realizaremos en un especial acto penitencial de la misa".
Tras este acto penitencial, ha proseguido con normalidad una larga ceremonia religiosa, de casi dos horas de duración, que han concelebrado junto a Cerro el arzobispo emérito de Toledo Braulio Rodríguez, y el obispo emérito de Segovia Ángel Rubio, así como un centenar de sacerdotes de la archidiócesis.
También han asistido numerosos fieles procedentes de toda la archidiócesis de Toledo, aunque en un número adecuado a las medidas preventivas por la pandemia de covid-19, han indicado fuentes del arzobispado.