En el congreso, que conmemora el 800 aniversario del primer belén que san Francisco de Asís, patrón de los belenistas, creara en la cueva de Greccio (Italia), han participado alrededor de 600 belenistas, procedentes de más de 15 países, entre ellos Italia, Alemania, Portugal, Brasil, Colombia, Canadá y Estados Unidos.
El belén: arte, cultura y signo de fe en Dios
En su homilía, monseñor Saiz Meneses recordó las palabras de san Juan Pablo II referentes al belén: «Pequeño o grande, sencillo o sofisticado, el belén constituye una representación de Navidad familiar y particularmente expresiva. Es un elemento de nuestra cultura y del arte, pero sobre todo un signo de fe en Dios, que en Belén “puso su morada entre nosotros”».
El papa Francisco, en su carta apostólica Admirabile signum, animaba a continuar la tradición del portal de belén en casas y en espacios públicos y a revalorizarla allí donde haya caído en desuso. «Sería una profanación hacer un belén precioso y cantar villancicos mientras se alberga en el corazón el rencor, el odio, la división», indicó don José Ángel. «El belén es signo y mensaje de solidaridad, de compartir con todo hermano necesitado que se nos cruce en el camino».
El arzobispo instó a los presentes a valorar y defender nuestras tradiciones cristianas. «Estas raíces cristianas son un fundamento importante de nuestra vida; aportan sentido e identidad, refuerzan la pertenencia, nos conectan con nuestro pasado, nos ayudan a vivir el presente, nos ayudan a comprender mejor nuestro lugar en el mundo, y nos orientan para el futuro». Asimismo afirmó que, en estos momento difíciles que se viven actualmente, estas raíces cristianas «deberían orientar el camino y ser fuente de esperanza y de paz de tantas personas que sufren». «Allí donde Dios está presente renace la vida, renace la esperanza, renace la alegría», puntualizó.
Monseñor Saiz Meneses apeló a la responsabilidad pastoral de todos aquellos que tienen una responsabilidad de servicio sobre otros (obispos, sacerdotes, padres, catequistas, maestros…), incluyendo a las asociaciones de belenistas, responsables en la misión pastoral «de transmitir esta bella tradición a los niños y jóvenes». Invitó a los presentes a ser «profundamente creyentes y contemplativos del misterio que representamos en el belén», así como «eficazmente creativos a la hora de innovar y de transmitir esta tradición a las nuevas generaciones».