Pregunte y escuche, Monseñor. Monseñor Rueda, no vaya a mentirle al Papa
Aquí (en Colombia) tenemos una Jerarquía que siempre llega tarde a dar declaraciones.
Monseñor Rueda: el próximo jueves cuando se encuentre en audiencia con Francisco, por primera vez como presidente de la conferencia episcopal colombiana, por favor no vaya a mentirle al Papa.
Por favor no le diga que las cosas aquí van bien, que la iglesia sigue jugando un papel determinante en la realidad del país, que los obispos están al frente de los fieles católicos de Colombia. Porque no es cierto. Aquí tenemos una mayoría de la Jerarquía al margen de los procesos sociales, que no parece representar a los que tienen hambre y sed de justicia, que siempre llega tarde a dar declaraciones, a mostrar preocupación en papel, a repetir obviedades en documentos predecibles.
Por favor evite presentar la iglesia en Colombia como un gran triunfo de la causa de la #ToleranciaCero ante los abusos a menores, solo porque un grupo de valientes laicos han decidido formarse en el tema. Porque no es cierto. Aquí el problema está en los obispos y lo que tenemos es una justicia a la que le toca obligarlos a colaborar con el periodismo y con los procesos civiles, mientras que al interior de la iglesia ni siguen el vademécum ni protegen a las victimas. No las escuchan. No las reparan. Mientras tanto alientan entre sus curas el silencio, entre sus fieles la censura a quienes hablan del tema, y entre sus archivos la impunidad.
Por favor no muestre con orgullo las declaraciones del episcopado ante la reciente sentencia de la corte constitucional respecto a la despenalización del aborto hasta la semana 24. Que resultó de una ironía y de una incomprensión asombrosa. No le diga que la iglesia en Colombia está de pie en la defensa de la vida. Porque no es cierto. Aquí los representantes del clero han caído y siguen cayendo en la lógica de manipulación de un sector político particular, que manosea el tema con fines electorales a los que sirve muy bien la postura oficial del episcopado, mientras que apenas en 3 o 4 diócesis de valientes obispos del Pacífico se ha oído una voz profética en tiempos de asesinatos y represión estatal (una de esas voces, lamentablemente, protagonista - como otros - de la falta de empatía con las víctimas de abuso en la iglesia).
Por favor no se muestre consternado ante el momento de polarización que vive el país y ante la efervescencia de los ánimos sociales por un posible desconocimiento de los resultados de las próximas elecciones por parte del partido de gobierno. Porque no es cierto. Ya que mientras que todas estas cosas han venido sucediendo parece que se han dedicado primordialmente a la inercia de una piedad popular que raya en la superstición, a lidiar con las acusaciones de abuso contratando a poderosas firmas de abogados, y a dar misa, curiosamente en el canal que representa de manera eufórica el oficialismo del gobierno nacional.
Por favor, no alimente mucho la causa de algún posible beato o santo al que tengamos que lavarle la biografía para que aparezca inmaculado. Porque no es cierto.
Por favor Monseñor, si algo necesita este país, y esta iglesia bogotana y colombiana que usted preside, es que vaya allá a hacer preguntas de todo lo que no han logrado poner en orden aquí. Pregunte y escuche Monseñor, que el Papa sabe de eso.