"Está todo el pescado vendido", dicen sobre la elección de Argüello como sucesor de Omella ¿Sin peces para el milagro en Añastro?

Los obispos, en la inauguración de la Plenaria de primavera
Los obispos, en la inauguración de la Plenaria de primavera J.L.

"Esta mañana el arzobispo de Barcelona decidió llevarse al hemiciclo de la Plenaria nada menos que a Juan Pablo II para que su magisterio sirviese de apoyo a Francisco, y ahí estuvo el purpurado aragonés citando y citando a Wojtyla y a su Pastores gregis, que muchos solo se acuerdan del Papa polaco cuando truena"

"Era su última gran invocación, casi a la desesperada, y desde luego, tardíamente, porque, si de los 77 obispos españoles en activo, 43 (más de la mitad) han sido creados por Bergoglio y, de estos, 21 de ellos, con mando directo de Omella en plaza como presidente y miembro de la Congregación para los Obispos, sin embargo, estaría 'todo el pescado vendido' no para alguien en la línea de Francisco, no para quien el Papa argentino ha señalado de una manera casi abrumadora"

Todo el mundo sabe que un lunes es un día pésimo para ir a un mercado a comprar peces. Incluso los obispos. “Está todo el pescado vendido”, dice uno de ellos a su llegada a la sede de la Conferencia Episcopal Española (CEE), en la madrileña calle de Añastro, donde desde este lunes, 4 de marzo, y hasta el próximo viernes, se reúnen en su asamblea plenaria de primavera para, entre otras cosas, votar a quien será su próximo presidente.

Campaña en defensa del Papa: Yo con Francisco

“Está cantado que será Argüello”, comenta otro, en alusión al arzobispo de Valladolid, a quien el sector más conservador del Episcopado pretende aupar a la presidencia, en pago a los buenos servicios prestados como secretario general de la CEE hasta hace poco más de un año.

Buenos servicios y discurso sólido, sin fisuras para el consumo interno, a veces denso y con capacidad envolvente para los medios de comunicación -“gambeteas bien a los periodistas”, le dijo un día el Papa-, que buscan siempre el hilo directo, lo que no le quita para que en ocasiones se pueda envolver en su propio sedal y acabar en alguna rueda de prensa pidiendo la hora o completamente sonado, particular mal de altura de algunos prelados.

Aguas turbulentas

Según las diversas fuentes episcopales consultadas, detrás de todo ese “pescado vendido” asoma lo que está sucediendo en las aguas un tanto turbulentas de la Iglesia en España, donde en las últimas semanas no solo curas -fundamentalmente del ‘clan de Toledo’-, sino también obispos se han manifestado contrarios a lo que les llega de Roma.

Los cardenales Osoro, Omella y Cobo
Los cardenales Osoro, Omella y Cobo J.L.

Tanto es así que, en su discurso de despedida, el cardenal Omella no se cansó de pedir la comunión entre los pastores. Prácticamente lo ha venido haciendo siempre, aderezado con sus llamadas a la colegialidad y a avanzar en sinodalidad. Pero, aunque él no se haya pronunciado en público sobre las críticas directas de curas y obispos españoles a Roma, esta mañana el arzobispo de Barcelona decidió llevarse al hemiciclo de la Plenaria nada menos que a Juan Pablo II para que su magisterio sirviese de apoyo a Francisco, y ahí estuvo el purpurado aragonés citando y citando a Wojtyla y a su Pastores gregis, que muchos solo se acuerdan del Papa polaco cuando truena.

Era su última gran invocación, casi a la desesperada, y desde luego, tardíamente, porque, si de los 77 obispos españoles en activo, 43 (más de la mitad) han sido creados por Bergoglio y, de estos, 21 de ellos, con mando directo de Omella en plaza como presidente y miembro de la Congregación para los Obispos, sin embargo, estaría “todo el pescado vendido” no para alguien en la línea de Francisco, no para quien el Papa argentino ha señalado de una manera casi abrumadora, José Cobo, el único que, sin fisuras, ha salido a apoyar la nota doctrinal Fiducia supplicans, sino para el arzobispo Argüello, que ha surfeado desde la publicación de esta declaración por encima de la espuma de la polémica, aunque su pensamiento ha quedado claro en la entrevista que le hizo hace unos días Religión Digital.

Cobo y el aparta de mí ese cargo

Por eso las fuentes creen que apenas quedan peces para el milagro de multiplicar los votos a favor de Cobo, máxime si sobre quien se posan muchas miradas ha hecho saber que aparten de él ese cargo, que ya tiene mucha faena (en todos los sentidos) en Madrid y que, además, Nunciatura sigue emponzoñando las aguas hasta el último minuto, como se vio el viernes con el nombramiento de Cobo como nuevo ordinario de los católicos orientales residentes en España, lo que suponía el cese fulminante (y humillante) del cardenal Osoro.

Omella, en su despedida con los periodistas
Omella, en su despedida con los periodistas J.L.

Con todo, los hay que siguen esperando que en estas pocas horas se obre la multiplicación de los apoyos y los peces. Si en la votación de sondeo las fuerzas aparecen igualadas, o mermadas las de Argüello por una tercera vía, quizás Cobo -que se ha cansado de razonar su ‘no ha llegado mi hora’- tenga que asumir su ‘hágase’. Parece evidente que Francisco apostó por eso para él ahora, no para dentro de cuatro años, que vaya usted a saber.

Las víctimas quieren remontar la corriente

En otro caladero, a las puertas, nadaban esta mañana las víctimas de abusos, que sostenían varias pancartas y su dignidad confiando en que los obispos nos las dejen más a la deriva y las ayuden a remontar la corriente que las sigue revictimizando.

Acaba el mandato de Omella sin que los obispos hayan sido capaces de recibirlas en una plenaria como la que hoy se ha inaugurado y pedirles, a la cara, perdón, colegiadamente, no de tapadillo o por la puerta de servicio, como se ha estado haciendo.

Víctimas de abusos, a las puertas de Añastro
Víctimas de abusos, a las puertas de Añastro J.L.

Por ellas le preguntó a Omella Jesús Bastante. Quería saber si se había acercado a ellas en esa fría mañana. “Llegué antes”, se escabulló el cardenal. “¡Pero qué cara!”, suelta luego, en la acera, una de esas víctimas. “Si le hemos visto venir y nos ha esquivado…”.

A quien no se le vio venir de ninguna manera fue al obispo emérito de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa. Era como buscar a Nemo. Se daba por hecho que acudiría a la Plenaria -a lo que tiene derecho como miembro de la CEE- una vez regresado de su ‘exilio’ de República Dominicana e instalado en Madrid a la espera de un destino. Pero, por lo menos hoy, ese destino no estaba en el mar de Añastro. Ni en sus alrededores.

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