La clase de Religión "se debe impartir dentro del horario escolar" aunque "no habrá una asignatura espejo". Palabra de Pilar Alegría, nueva ministra de Educación y encargada de llevar a buen puerto la 'ley Celaá', que debe su nombre a su polémica antecesora.
En una entrevista en El Mundo, Alegría, confirma que "corresponderá a los centros planificar actividades sin contenido curricular para que en ese tiempo no se pueda avanzar en otra materia". O lo que es lo mismo: lo lógico es que la materia se imparta a primera o a última hora, para no chocar con los derechos de otros niños.
Falta saber qué postura adoptará el Episcopado español, que este martes arranca su Comisión Permanente, en plenas negociaciones con el Gobierno socialista sobre esta y otras materias.
En la entrevista, Alegría también es cristalina respecto a los centros que separan por sexos. "En la LOMLOE fuimos muy claros: los centros que reciben financiación pública no pueden segregar".
Donde sí se muestra conciliadora es en lo tocante a la enseñanza concertada que, recuerda, fue apuntalada por un Gobierno socialista. "Mi compromiso es fortalecer la educación pública com columna vertebral del sistema educativo, pero hemos de tener también presente el trabajo que viene haciendo la concertada", apunta Alegría, quien insiste que "necesitamos el trabajo colaborativo de ambas redes".
"La concertada (...) es un actor importante y hemos de colaborar también con ella para mejorar la calidad y la equidad de nuestro sistema educativo", concluye la ministra.
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