El líder del PSC, nuevo 'president' tras el último sainete de Puigdemont Salvador Illa: un católico para liderar la ¿imposible? reconciliación en Catalunya

Salvador Illa, nuevo president de Catalunya
Salvador Illa, nuevo president de Catalunya

"En un día frenético, que por momentos pareció recordar a los tristes acontecimientos vividos en 2017, el líder del PSC logró la mayoría absoluta en primera votación para su investidura, después de aguantar el enésimo sainete de Carles Puigdemont, que como un nuevo Houdini apareció y desapareció en el Arc del Triunf, pero no se presentó en el Parlament... ni fue detenido en un nuevo bochorno que habrá de ser explicado"

Illa, católico convencido (uno de los momentos más emotivos de su vida, tal y como él mismo declaró, fue su reciente visita al Papa Francisco), ya dio muestras en su discurso de investidura de su intención de trabajar desde una visión propia del "humanismo cristiano", por una sociedad, una cultura y una política alejadas de la confrontación y que apuesten por el diálogo constante y la construcción de país (ya la acepción de cuál se la dejo a cada lector) en el que quepan 'todos, todos, todos'

Salvador Illa ya es presidente de la Generalitat de Catalunya. En un día frenético, que por momentos pareció recordar a los tristes acontecimientos vividos en 2017, el líder del PSC logró la mayoría absoluta en primera votación para su investidura, después de aguantar el enésimo sainete de Carles Puigdemont, que como un nuevo Houdini apareció y desapareció en el Arc del Triunf, pero no se presentó en el Parlament... ni fue detenido en un nuevo bochorno que habrá de ser explicado.

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Más allá del sainete del ex president, lo cierto es que la elección de Illa supone un antes y un después para la imprescindible reconciliación en una Catalunya partida en dos y, como buena parte del país, sumamente polarizada. El carácter afable y la sólida formación en Doctrina Social de la Iglesia del nuevo president, sin lugar a dudas, fomentarán el encuentro y la mirada larga, absolutamente necesaria en estos tiempos de locura política y social, que también afecta a la Iglesia.

Y es que Illa, católico convencido (uno de los momentos más emotivos de su vida, tal y como él mismo declaró, fue su reciente visita al Papa Francisco), ya dio muestras en su discurso de investidura de su intención de trabajar desde una visión propia del "humanismo cristiano", por una sociedad, una cultura y una política alejadas de la confrontación y que apuesten por el diálogo constante y la construcción de país (ya la acepción de cuál se la dejo a cada lector) en el que quepan 'todos, todos, todos'.

Y es que el nuevo president es, como Bergoglio, un convencido de la teoría del poliedro, de la aportación de todos (con la salvedad de los extremos, como Vox o los fascistas independentistas -que ya todo es posible- de Aliança Catalana). Una actitud que no vendría mal para el resto del Estado, independientemente del partido. Lamentablemente, nadie se libra de la actual deriva en la búsqueda del poder.

¿Será posible el cambio y la reconciliación en Catalunya, que también pueda abrir un camino de reencuentro con y en el resto de España? Hoy por hoy, se antoja imposible. Pero si alguien puede dar pasos en esa senda, éste es, sin duda, Salvador Illa

¿Qué hará la Iglesia catalana ahora? A la espera del preceptivo mensaje de la Conferencia Episcopal Tarraconense, o de los mensajes de cada obispo, que seguramente comiencen a aflorar en los próximos días, sería conveniente una mano tendida explícita de los líderes católicos, por más que todavía persistan quienes se empeñen en dar carnets de católicos únicamente a los políticos de la derecha más extrema. ¿Será posible el cambio y la reconciliación en Catalunya, que también pueda abrir un camino de reencuentro con y en el resto de España? Hoy por hoy, se antoja imposible. Pero si alguien puede dar pasos en esa senda, éste es, sin duda, Salvador Illa. 

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