Mucha afabilidad, abrazos, complicidad. Y varias llamadas a la comunión y al servicio en diálogo y sinodalidad por parte del presidente saliente, Juan José Omella. Todo parece listo para la elección de la cúpula episcopal para los próximos años. ¿Todo?

“No te confundas, que hay ‘agenda oculta’”, subrayan a RD varios obispos de distintas sensibilidades. Todos coinciden, no obstante, en que la candidatura de Luis Argüello -muy afable en todo momento, y muy cercano a quien podría ser el otro gran ‘candidato’, José Cobo- es la que aglutina una mayoría cualificada. Pero hasta que no se vean los resultados de la votación de sondeo, todo puede suceder. Incluso, después de ella

¿Por qué? Porque, pese a que Argüello obtendría, a día de hoy, los votos de los sectores más conservadores y ‘centristas’ del Episcopado, algunas fuentes aseguran que los más rigoristas tratarán de presentar un nombre propio.

¿Sanz, Saiz Meneses, Iceta? No dan nombres. Pero sí subrayan que “un candidato ultraconservador, paradójicamente, podría ‘obligar’ a los renovadores a pedir a Cobo que dé un paso al frente”. Un paso que, a día de hoy, Cobo todavía se resiste a dar, sabedor de que su tiempo, tal vez, no haya llegado.

Sin embargo, dicho movimiento podría impulsar al cardenal de Madrid a superar a Argüello en la votación de sondeo, sobre todo si -como parece- la división entre conservadores y centristas se hace patente. Y que éste, por no quebrar la unidad, se retire (o pacten un tándem). De ahí, sugieren algunos, las constantes apelaciones de Omella a la comunión episcopal.

Entretanto, otros continúan postulando a un José María Gil Tamayo que se deja querer. “No te olvides de él”, me apunta al oído un importante prelado, ya emérito, pero con gran capacidad de aglutinar sensibilidades. En charlas de última hora, cafés calientes cerca de Añastro, nadie da por perdida una batalla que, oficialmente, nunca se ha planteado, para una pregunta que, hasta ahora, parecía tener un nombre fijo, pero que algunas decisiones de última hora, como el enfado de Roma con Argüello por la cuestión de Isabel la Católica y, especialmente, la necesidad de un gesto que desvincule a los obispos de la 'fachosfera', han podido poner en cuestión. ¿Quién será el próximo presidente de la Conferencia Episcopal?