En medio de la difícil situación que atraviesa Colombia por el descontento, la polarización y el paro nacional, la Conferencia episcopal del país andino ha publicado tres comunicados en los que presenta la voz oficial de la Iglesia Católica:

En el primero, fechado el 27 de abril 2021, el día anterior al inicio del paro escriben los obispos: “La Conferencia Episcopal reconoce la complejidad de la situación actual y reitera que la protesta social pacífica es un legítimo derecho, que históricamente se ha ejercido de múltiples formas. No obstante, ante la situación que afrontamos y los perjuicios que pueden derivarse para la salud pública, lo más recomendable es no recurrir a las marchas y concentraciones presenciales; no se trata se postergar la expresión de las necesidades y aspiraciones, sino de encaminarlas por medios acordes con las urgencias que la pandemia nos impone. Prima el derecho fundamental a la vida y es necesario anteponer el deber de cuidar la salud de todos” (Comunicado 61, 27 abril 2021)

Este comunicado fue emitido el mismo día que un tribunal administrativo ordenó la suspensión de protestas en el país por la tercera ola de la pandemia de Covid 19. Al día siguiente, 28 de abril 2021, muchos colombianos hicieron oídos sordos a la recomendación de los obispos y a la orden judicial y salieron masivamente a marchar por las calles contra la reforma tributaria. Dos días más tarde, un nuevo comunicado, la CEC propuso criterios de economía solidaria que deberían tenerse en cuenta para la revisión de la reforma fiscal promovida por el gobierno:

“Es apremiante acercarse a la realidad que estamos viviendo y suscitar un diálogo amplio sobre los puntos de la reforma, para que ésta pueda responder positivamente a situaciones como el desempleo y el subempleo, la falta de recursos básicos para la subsistencia, las limitaciones de los servicios de salud, la pobreza cada vez más generalizada, la inequidad social y la marginación de tantos colombianos. Hay que pensar en los obreros, en los campesinos, en los indígenas y afrocolombianos, en los jóvenes, en las familias, en los estudiantes y docentes, en quienes sufren las consecuencias de la violencia que se ha recrudecido en casi todo el territorio nacional”. Así mismo, presentaron una serie de criterios fundamentales “que deberían tenerse en cuenta a la hora de concretar las medidas de una eventual reforma” dentro de una economía solidaria. Entre otros mencionan: “Que se resalte el aspecto ético de la economía, como una corriente que contrarreste las destructivas prácticas de la corrupción pública y privada, la evasión fiscal y de las llamadas economías ilegales. Que se promueva la austeridad en el gasto público y se evidencien efectivos controles. Que se sopese la oportunidad de cada medida, teniendo en cuenta que, en este momento, dados los índices de desempleo, de pobreza y de otras limitaciones que se han acentuado enormemente por la pandemia, hay medidas tributarias que no harían más que agravar las condiciones de las personas menos favorecidas y acrecentar el número de ellas”.

Concluyen los obispos expresando que “en esta coyuntura crítica el deber es repensar el futuro de nuestra nación, y emprender juntos la tarea de realizar un proyecto común para el país. Es una tarea compleja que requiere honestidad y coherencia en el dialogo y en las acciones” (Comunicado 62, 29 abril 2021).

El tercer comunicado fue publicado el 4 de mayo de 2021. En ese momento, la protesta social continuó pidiendo el archivo definitivo del proyecto de reforma tributaria y presentando los demás puntos del pliego de peticiones del paro nacional. En el tercer comunicado los obispos piden que cese la violencia y se avance en la reconciliación nacional:

“Expresamos de nuevo que la protesta pacífica es un derecho y una alternativa válida para lograr respuestas a las necesidades y reclamos sociales, y que, en el momento actual, el ejercicio de este derecho debe tener en cuenta la grave emergencia sanitaria que estamos viviendo por cuenta de la pandemia del Covid-19.

Reafirmamos que la violencia, el vandalismo, las agresiones, el abuso de la fuerza y el caos social no solucionan nada, pues sólo traen consigo sufrimiento y muerte, especialmente a los más pobres, además de deslegitimar y hacer cuestionable cualquier protesta social.

Hacemos este llamado urgente y clamoroso: ¡Que se detenga, por el bien de todos, la espiral de violencia y el círculo de muerte que se están impulsando! Es momento de emprender juntos la tarea de generar un modelo de desarrollo humano integral.

Insistimos en la imperante necesidad de avanzar hacia la reconciliación nacional y hacia la paz, con la participación y los esfuerzos de todos los ciudadanos, sin perder de vista que es un camino arduo que requiere valentía y perseverancia.

Convocamos a las comunidades católicas a una jornada de oración en las parroquias el próximo 7 de mayo, primer viernes de mes, dedicado al Corazón de Jesús, pues la paz es un don de Dios y una tarea nuestra. Pidamos, por tanto, la reconciliación del pueblo colombiano y la gracia de afianzarnos en la justicia, en la libertad y en solidaridad fraterna” (Comunicado 63, 4 mayo 2021)

Por su parte el Celam haciendo eco de este último comunicado del episcopado se solidarizó con todo el pueblo colombiano a través de una carta dirigida al presidente de la CEC; en dicha carta, fechada el 6 de mayo de 2021, los directivos del Celam expresan su apoyo al episcopado y a todo el pueblo colombiano:

“Hacemos nuestro el dolor del pueblo colombiano, que ha hecho tantos esfuerzos por alcanzar la reconciliación y la paz nacional. Los apoyamos en su propósito valiente de ser los artesanos de la paz, la esperanza y la reconciliación, abriendo canales para el diálogo social y la construcción de consensos que apunten al bien común.

Gracias por los múltiples esfuerzos que realizan como pastores, caminando con el pueblo –junto con los sacerdotes, las religiosas y los religiosos, las laicas y los laicos del país– para garantizar la cultura del cuidado y del encuentro, el respeto a la vida y la garantía de corredores humanitarios que permitan el acceso a los bienes esenciales, sobre todo a los más vulnerables, a los empobrecidos y a quienes requieren atención médica sin dilación” (Celam 6 mayo 2021).

A propósito de esos esfuerzos que adelantan los obispos para contribuir al diálogo nacional entre el gobierno nacional y los líderes del paro, el portal de la CEC informa que el 30 de abril 2021, “con la finalidad de propiciar un espacio de escucha recíproca en el contexto del debate nacional por la propuesta de reforma tributaria planteada por el Gobierno Nacional, se realizó una reunión virtual entre directivos de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y representantes de las organizaciones que integran el Comité Nacional del Paro. Los representantes del episcopado colombiano se comprometieron a seguir prestando sus buenos oficios para avanzar en el diálogo de las fuerzas vivas del país, lo cual, sin darle lugar a la duda, contribuirá a la construcción de una sociedad colombiana más justa, solidaria y en paz”.[1]

No obstante, una eventual mediación del episcopado en una negociación entre los líderes del paro y el gobierno nacional no se expresa tácitamente en ninguno de los tres comunicados. Estos comunicados no mencionan en ningún apartado instituciones ni personas particulares implicadas directamente en las conversaciones que jóvenes y líderes de todos los sectores continúan pidiendo a gritos en las calles del país. Los comunicados son generales, sin destinatarios concretos.

En diez días que lleva el paro nacional en Colombia, con un alto saldo de posibles víctimas, sorprende que el papa Francisco no se haya referido todavía en un comunicado oficial al conflicto que vive el país andino al que visitó en 2017 a los pocos meses del acuerdo de paz firmado entre el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC-EP. En L’Osservatore romano las noticias de la crisis que atraviesa en este momento Colombia han sido escasas y aparecen en páginas internas sin mayor relevancia.

El diario del Vaticano reporta el 5 de mayo 2021 exclusivamente los destrozos dejados por los vándalos y los ataques contra la policía nacional que deslegitiman la protesta social. Posteriormente, el 7 de mayo, en un artículo más extenso titulado “Colombia, un descontento con raíces profundas”, firmado por Fabrizio Peloni, hace una síntesis de la historia del actual conflicto colombiano. El artículo refiere que la pobreza en Colombia aumentó debido en parte a la pandemia del Covid 19. Según el DANE (Departamento nacional de estadística) los pobres en Colombia pasaron de 17,5 millones a 21 millones en 2020.

Escribe Peloni que “la reforma fiscal, retenida al inicio absolutamente necesaria fue retirada el domingo pasado por el mismo Duque, con un aumento previsto de los impuestos sobre todo para la clase media y para quien gana menos, encendió la mecha de la indignación popular que hoy parece imparable… La protesta aumenta y la motivación inicial es solo la chispa de la que ha resultado un descontento que en realidad tiene raíces profundas… Y ahora la protesta ya arremete contra los proyectos de reforma sanitaria y laboral, así como contra la modificación del sistema de pensiones”. Según Peloni: “La policía, en muchas circunstancias, reprimió literalmente las manifestaciones y llevó a cabo abusos y violencia contra los manifestantes. Por ello recibieron la condena de las Naciones Unidas y de la comunidad internacional… la actitud de los agentes antidisturbios en las calles habría alimentado el ímpetu de los manifestantes más conflictivos, quienes, en respuesta, convirtieron la desesperación en brutales actos vandálicos… El diálogo y la reconciliación son los únicos caminos por recorrer. En este sentido se pronunció también el episcopado colombiano, que para hoy, primer viernes de mes, promocionado un día de oración por la paz en País”.

De este modo, el periódico del Vaticano explica la situación caótica que vive Colombia y de la que los obispos proponen salir con la ayuda de la oración y a través del diálogo nacional.

[1] https://www.cec.org.co/sistema-informativo/destacados/diálogo-entre-directivos-de-la-cec-y-representantes-del-comité