Laudato Si' . Carta encíclica del Papa Francisco
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Sobre el cuidado
de la casa común Capítulo Primero
Lo que le está pasando
A nuestra casa
CAPITULO SEGUNDO
EL EVANGELIO DE LA CREACIÓN
(Cont., )
7O. En la narración sobre Caín y Abel, vemos que los celos condujeron a Caín a cometer la injusticia extrema con su hermano. Esto a su vez provocó una ruptura de la relación entre Caín y Dios y entre Caín y la tierra, de la cual fue exiliado. Este pasaje se resume en la dramática conversación de Dios con Caín. Dios pregunta:"¿Dónde está Abel, tu hermano?"
Caín responde que no lo sabe y Dios le insiste "¿Qué hiciste? ¡La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde el suelo! Ahora serás maldito y te alejarás de esta tierra"(Gn 4,9-11) . El descuido en el empeño de cultivar y mantener una relación adecuada con el vecino, con el cual tengo el deber del cuidado y la custodia, destruye mi relación interior conmigo mismo, los demás, con Dios y con la tierra.
Cuando todas estas relaciones son descuidadas, cuando la justicia ya no habita en la tierra, la Biblia nos dice que toda la vida está en peligro. Esto es lo que nos enseña la narración sobre Noé, cuando Dios nos amenaza con exterminar la humanidad por su constante incapacidad de vivir a la altura de las exigencias de la justicia y de la paz: "He decidido acabar con todos los seres humanos, porque la tierra, a causa de ellos, está llena de violencia" (Gn 6, 13).
En estos relatos tan antiguos, cargados de profundo simbolismo, ya estaba contenida una convicción actual: que todo está relacionado, y que el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás.
Ver : Carta encíclica
Laudato si'
del Papa Francisco
Sobre el cuidado
de la casa común Capítulo Primero
Lo que le está pasando
A nuestra casa
CAPITULO SEGUNDO
EL EVANGELIO DE LA CREACIÓN
(Cont., )
7O. En la narración sobre Caín y Abel, vemos que los celos condujeron a Caín a cometer la injusticia extrema con su hermano. Esto a su vez provocó una ruptura de la relación entre Caín y Dios y entre Caín y la tierra, de la cual fue exiliado. Este pasaje se resume en la dramática conversación de Dios con Caín. Dios pregunta:"¿Dónde está Abel, tu hermano?"
Caín responde que no lo sabe y Dios le insiste "¿Qué hiciste? ¡La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde el suelo! Ahora serás maldito y te alejarás de esta tierra"(Gn 4,9-11) . El descuido en el empeño de cultivar y mantener una relación adecuada con el vecino, con el cual tengo el deber del cuidado y la custodia, destruye mi relación interior conmigo mismo, los demás, con Dios y con la tierra.
Cuando todas estas relaciones son descuidadas, cuando la justicia ya no habita en la tierra, la Biblia nos dice que toda la vida está en peligro. Esto es lo que nos enseña la narración sobre Noé, cuando Dios nos amenaza con exterminar la humanidad por su constante incapacidad de vivir a la altura de las exigencias de la justicia y de la paz: "He decidido acabar con todos los seres humanos, porque la tierra, a causa de ellos, está llena de violencia" (Gn 6, 13).
En estos relatos tan antiguos, cargados de profundo simbolismo, ya estaba contenida una convicción actual: que todo está relacionado, y que el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás.
Ver : Carta encíclica
Laudato si'
del Papa Francisco