"El 15M compaginaba protestas y propuestas" Juan José Tamayo: "L@s Indignad@s constataban que la crisis económica había servido para que los poderes financieros y empresariales se enriquecieran"

Puerta del Sol durante las acampadas del 15M
Puerta del Sol durante las acampadas del 15M

"Explotar a los trabajadores, especialmente a las mujeres, inventarse burbujas inmobiliarias y ganar dinero especulando"

"El sistema neoliberal generaliza la corrupción en sus diversas modalidades: desfalcos, fraudes, estafas, extorsiones, despilfarro, abusos en el mercado financiero, codicia, falta de control, abusos de poder, falsas informaciones y engaño a la ciudadanía"

"Se luchaba por una democracia en la que los ciudadanos y las ciudadanas nos reapropiáramos de la política, de la economía y de la cultura"

"Las plazas, los parques, las calles y las grandes avenidas se convirtieron en ágoras para el debate"

"Su noveno aniversario es una oportunidad para reflexionar su significado y actualidad"

Ayer celebramos el día de San Isidro, patrono de la ciudad de Madrid, en pleno confinamiento y sin haber pasado a la fase 1 en la lucha contra la covid-19 por la ineficaz gestión y la demostrada incompetencia del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Son un ambiente y un escenario muy diferentes a los del 15-M de 2011 en que nació el movimiento de l@s Indignad@s liderado en su mayoría por jóvenes rebeldes con causa y apoyado ampliamente por la ciudadanía. Nació aquí, en España, donde “las consecuencias de las políticas de austeridad han sido más dramáticas”, decía Vicens Navarro entonces, con seis millones de personas en paro -el 26% de la población en edad de trabajar, llegando casi al 50% en la juventud.

El movimiento de l@s Indignad@s en España comenzó con las manifestaciones del 15-M y del 19-J de 2011 convocadas por Democracia Real Ya y se tradujo en acampadas de decenas miles de personas en numerosas plazas de ciudades españolas reclamando, entre otras reivindicaciones, democracia participativa y económica y lucha efectiva contra la dictadura de los mercados y la corrupción. “España ya no es solo un referente internacional a nivel futbolístico -declaró Jon Aguirre, portavoz de Democracia Real Ya- , también lo es a nivel de conciencia social y lucha pacífica. España se ha convertido en el epicentro de las movilizaciones pacíficas que reclaman un cambio de sistema y en un referente en la lucha por los derechos civiles”, (EL PAIS, 16/09/2011).

Asambleas y espíritu del 15M
Asambleas y espíritu del 15M

Crítica al neoliberalismo

L@s Indignad@s constataban que la crisis económica había servido para que los poderes financieros y empresariales se enriquecieran con los bienes naturales, los bienes públicos y los bienes de la ciudadanía, para explotar a los trabajadores, especialmente a las mujeres, inventarse burbujas inmobiliarias y ganar dinero especulando con el agua y los alimentos, hasta generar una grave crisis alimentaria.    

La llamada “crisis de los mercados financieros” era sobre todo ética, económica y política. En su origen se encontraba –y se encuentra- el actual sistema social y económico neoliberal, que legitima y generaliza la corrupción en sus diversas modalidades: desfalcos, fraudes, estafas, extorsiones, despilfarro, abusos en el mercado financiero, codicia, falta de control, abusos de poder, falsas informaciones y engaño a la ciudadanía. Prácticas todas ellas que eran apoyadas por la mayoría de los Estados y de sus gobiernos a través de políticas de liberalización de la economía, que generaba empobrecimiento en la mayoría de la población mundial y constituía un retroceso en la defensa del bien común y de los derechos humanos, reducidos al derecho de propiedad.

L@s Indignad@s creían que las respuestas que se estaban dando a la crisis no se orientaban a promover políticas públicas, prácticas emancipatorias y programas de lucha contra la marginación, sino que venían a salvar al capitalismo con la concesión de ingentes sumas de dinero procedentes del erario público, para que siguieran enriqueciéndose y extorsionando a los sectores más vulnerables de la sociedad.

Sampedro y Hessel
Sampedro y Hessel

Las soluciones propuestas a la crisis: recorte de salarios, flexibilización y abaratamiento de los despidos, recorte de derechos sociales, reducción de impuestos a las empresas, expulsión de inmigrantes, eran inmorales, injustas e insolidarias, ya que generaban discriminaciones económicas, culturales, étnicas, sexistas, injusticias estructurales y violencia institucional. Quienes estaban pagando las funestas consecuencias de la crisis eran continentes enteros, regiones, países, pueblos y sectores que nunca disfrutaron de los tiempos de bonanza económica. 

Propuestas 

No fue este un movimiento que se limitara a protestar, sino que compaginaba protestas y propuestas, se movía en el horizonte de las utopías concretas y proponía alternativas pegadas a la realidad. He aquí algunas de las más importantes.

. Reforma de la actual Ley electoral por injusta, ya que penaliza a los partidos pequeños y premia a los grandes, y, lo más grave, no respeta el principio democrático “Una persona, un voto”. No todos los votos valen lo mismo.

. Democracia participativa a partir del clamor de los Indignados: “Que no, que no nos representan, que no”, ya que consideraban la democracia representativa una ficción o caricatura de democracia. Por lo que se luchaba era por una democracia en la que los ciudadanos y las ciudadanas nos reapropiáramos de la política, de la economía y de la cultura, y no la dejáramos en manos de los “profesionales” de la política. Una democracia de base que no se redujera a votar una vez cada cuatro años y a los debates parlamentarios, sino que se practicara en las calles, las plazas, las escuelas, las universidades, los lugares de trabajo, la familia, las asociaciones,  etc. El objetivo era regenerar la cultura democrática, que desde hacía tiempo estaba dando muestras de obsolescencia, cansancio y agotamiento. 

"Una democracia de base que no se redujera a votar una vez cada cuatro años y a los debates parlamentarios, sino que se practicara en las calles, las plazas, las escuelas, las universidades, los lugares de trabajo, la familia"

· Democracia económica frente a la dictadura de los mercados, que imponían sus políticas neoliberales a los gobiernos, incluidos los socialdemócratas, a veces los más celosos ejecutores de la política voraz de los mercados. El mundo no puede seguir siendo un gigantesco mercado, ni los habitantes del planeta meros consumidores. Como rezaba una pancarta en la Puerta del Sol: “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”. Ello implica elaborar una teoría de la des-mercantilización.

. Lucha con instrumentos legales y penales eficaces contra la corrupción de los banqueros, los empresarios, los políticos, premiada con frecuencia, en un acto de irresponsabilidad, por la ciudadanía que, lejos de penalizar a los corruptos, los apoyaba con sus votos, elección tras elección, y los aupaba al poder para que, una vez legitimados por el voto popular, siguieran delinquiendo. 

. Contra los paraísos fiscales que perpetuaban –y siguen perpetuado- la injusticia fiscal, y a favor de una justicia fiscal global. Ello exige luchar contra el fraude fiscal para que las grandes fortunas paguen los impuestos que les corresponden, implantar la transparencia bancaria y la rendición de cuentas, eliminar el secreto bancario y evitar, así, la corrupción.

. Contra el Pacto del Euro, que suponía importantes retrocesos sociales y democráticos, y a favor de políticas sociales favorables a los sectores más desprotegidos de la sociedad; contra las políticas neoliberales de ajuste que castigaban con el paro en España a seis millones de personas, y a favor de políticas de empleo en condiciones dignas.

Paro en España
Paro en España

· Establecimiento de la Tasa Tobin, que consiste en la imposición de un gravamen sobre las transacciones financieras, especulativas, internacionales con el triple objetivo de controlar los mercados, evitar la fuga de capitales y obligar a pagar a los causantes de la crisis.

La Indignación se dirigía contra los cuatro poderes: el financiero (la Banca y las agencias de calificación o, mejor, de descalificación); el político (los dirigentes aislados de la ciudadanía); el militar (Ejército-OTAN); el mediático (los grandes grupos de comunicación y los censores de internet). 

No se trataba de protestas y propuestas desordenadas e infundadas, sino pegadas a la realidad que querían transformar pacíficamente. Tenían razón y razones para indignarse, respondiendo a la llamada de Stéphene Hessel “¡Indignaos!”, que es todo un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica. Había razones para reaccionar porque, en palabras de José Luis Sampedro, “el sistema reclama un cambio profundo que los jóvenes entienden y deberán acometer mejor que los mayores atrapados en el pasado”.

L@s Indignd@s tenían también razones para actuar y movilizar a la ciudadanía, como pedía –exigía, mejor- Stéphene Hessel: “Frente a los peligros que afrontan nuestras sociedades interdependientes es tiempo de acción, de participación, de no resignarse. Es tiempo de movilizarse, de dejar de ser espectadores impasibles. Corresponde a la comunidad intelectual, artística, científica y académica, pero más a los ciudadanos y las ciudadanas, asumir este nuevo compromiso. Es hora de actuar”.

Juventud sin futuro. Madrid, 15M
Juventud sin futuro. Madrid, 15M EFE

Exponían sus razones con argumentos sólidos y difícilmente rebatibles, sin violencia, asintiendo y disintiendo, a través de intensos y disciplinados debates. Las acampadas fueron un ejemplo de república autogestionaria y de democracia participativa. La gente pudo expresarse libremente, respetando todas las opiniones, aun las más dispares.

Las decisiones se tomaban democráticamente. Pude comprobarlo en mi barrio del Pilar, donde participé en las asambleas populares. Por mor de l@s Indignad@s, las plazas, los parques, las calles y las grandes avenidas se convirtiendo en ágoras para el debate de ideas, en lugares de ejercicio de la ciudadanía y en espacios desde donde hacer política, que ya no quedaba reservada al Parlamento, que fue rodeado por los manifestantes demostrando su poca utilidad al servicio de la ciudadanía.

¿Qué queda hoy de aquel movimiento revolucionario? ¿Se han conseguido sus reivindicaciones o solo han quedado como recuerdo lejano en los grafittis de las paredes de nuestros pueblos y ciudades? ¿Es posible activarlo? ¿Hemos practicado algunas de  las lecciones aprendidas de aquella experiencia apasionante o las olvidamos al volver a la “nueva normalidad”? Numerosas personas y comunidades religiosas participaron activamente en las movilizaciones y apoyaron las reivindicaciones. ¿Pero lo hicieron también las religiones a nivel institucional y en concreto la Iglesia católica? Creo que no. En su mayoría se mostraron insensibles. De nuevo perdieron la oportunidad de sintonizar, apoyar y comprometerse con las luchas populares.

El noveno aniversario de aquella efemérides tan prometedora y cargada de utopía no puede pasar desapercibido, sobre todo en un momento en que parece haber muerto la utopía y haber triunfado las distopías, como la de la pandemia que estamos viviendo ahora. Precisamente por celebrar el noveno aniversario del 15-M en confinamiento es una oportunidad para reflexionar su significado y actualidad y evitar que la distopía de la covid-19 impida pensar y actuar utópicamente.   

Cáritas Diocesana de Madrid
Cáritas Diocesana de Madrid

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