Encuentro de Francisco con el presidente de Izquierda Europea Baier: "El término 'ecología integral' que utiliza Francisco debería encontrar un lugar en todo programa socialista"
El presidente de la Izquierda Europea fue recibido por el Pontífice en el Vaticano con una delegación de Dialop, la asociación de la que es uno de los impulsores que promueve el diálogo y el compromiso común entre cristianos, marxistas y socialistas
"Creo que la hostilidad de cristianos y marxistas es uno de los grandes malentendidos del siglo XX"
"Mi relación con el Papa Francisco es muy especial. No sólo admiro sus enseñanzas, sino que también me impresiona como personalidad y ocupa un lugar en mi corazón"
"Mi relación con el Papa Francisco es muy especial. No sólo admiro sus enseñanzas, sino que también me impresiona como personalidad y ocupa un lugar en mi corazón"
| Stefan von Kempis
Hoy, el encuentro con otro Pontífice, Francisco, con quien ya se había reunido en 2014 en una audiencia privada con Alexis Tsipras. Desde entonces, ha nacido el proyecto Dialop, que comenzó como un "grupo de discusión muy pequeño en Viena y luego se internacionalizó gradualmente", explica Baier en una entrevista con Vatican News, explicando que hoy se ha presentado al Papa un documento firmado por medio centenar de intelectuales de ambas partes: "En él esbozamos nuestras ideas comunes y la base intelectual y espiritual del diálogo".
-Walter Baier: ¿Cómo ha transcurrido la audiencia de hoy con el Papa?
-Ha sido extraordinaria: un debate que ha durado unos cuarenta minutos. El Papa Francisco nos ha dirigido un discurso en el que ha insistido en la necesidad de la solidaridad, especialmente con los más desfavorecidos socialmente. Abogó por un diálogo que supere los patrones históricos, un diálogo que se ocupe principalmente de los excluidos y vulnerables y respete los principios del Estado de Derecho. Esto dio lugar a una conversación centrada en el compromiso con la paz y la solidaridad con los emigrantes. El Papa se mostró muy espontáneo, estaba de buen humor. Todos salimos de la sala muy impresionados y conmovidos.
-Según las experiencias del siglo XX, cristianos y marxistas no son interlocutores naturales. ¿Qué tienen en común?
-Creo que el distanciamiento o incluso la hostilidad de cristianos y marxistas es uno de los grandes malentendidos del siglo XX. Hoy, cuando veo las enseñanzas del Papa -compromiso con los excluidos, con los pobres, con la Madre Tierra, con la paz- tengo que decir que no sólo un diálogo, sino también una cooperación entre socialistas, comunistas, marxistas es en realidad algo orgánico. Por parte de los marxistas, este diálogo va precedido de una autorreflexión muy seria. La superación de modos de gobierno autoritarios, incluso terroristas, aplicados en nombre del marxismo, etc., todo ello exige autocrítica y ha conducido a una nueva apertura. Y creo que el encuentro con el Papa del presidente de la Izquierda Europea representa también una nueva etapa en este proceso de debate y de orientación hacia un compromiso común por un mundo más justo y ecológico.
-Ya ha mencionado algunos temas. Pero, ¿cuáles son los ámbitos más importantes para un compromiso común?
-El Papa utiliza el término "ecología integral" y este término es tan apropiado que debería encontrar un lugar en todo programa socialista: es decir, vincular la idea de justicia social con la idea de la transformación ecológica de nuestra tierra. Una no puede funcionar sin la otra. Y la injusticia social en el mundo es tan evidente como la destrucción catastrófica del medio ambiente. Yo diría que la paz ocupa un lugar especial en este concepto de ecología integral. Porque si el proceso actual, que el Papa califica con razón de "guerra mundial a trozos", continúa y se radicaliza, todos los demás programas que podamos tener serán inútiles.
-Usted fue invitado por Benedicto XVI en 2011 al encuentro por la paz en Asís. Ahora ya es la segunda vez que se encuentra con Francisco...
-Mi relación con el Papa Francisco es muy especial. No sólo admiro sus enseñanzas, sino que también me impresiona como personalidad y ocupa un lugar en mi corazón. Hoy nos ha saludado y nos ha dicho que recemos por él. Esto no es posible para mí, pero lo traduzco en mi idioma como "piensa en él y deséale lo mejor". Y así es... Él está cerca de mi corazón y es importante para mí.