El Papa reza en el Angelus, junto a decenas de miles de fieles, por el fin del Sínodo y por la paz Francisco: "Miramos cada día imágenes de niños masacrados, demasiados niños. Recemos por la paz"
“Yo existo, miradme. Yo no veo, Jesús. ¿Tú me ves?”. Sí, Jesús ve al hombre mendicante, y lo escucha, con los oídos del cuerpo y con los del corazón"
"Como Bartimeo, somos mendigos de salvación del dolor, del pecado, de la guerra, de la muerte"
"¿Veo a mi hermano mendigo a lo largo del camino? ¿Reconozco que yo mismo soy mendigo delante del Señor? ¿Busco con confianza la misericordia de Dios, que siempre tiene piedad de mí?"
"¿Cómo miro yo a un mendigo? ¿Lo ignoro o lo miro como Jesús? ¿Soy capaz de entender sus preguntas, sus gritos de ayuda? Cuando le das una limosna, ¿le tocas la mano para sentir su piel?"
"Me uno a la amada iglesia de San Cristóbal de las Casas de Chiapas, que llora por el padre Marcelo Pérez, asesinado el domingo pasado. Un gran servidor del Evangelio y del pueblo de Dios. Su sacrificio, como el de otro sacerdotes, que vivan en paz"
"¿Veo a mi hermano mendigo a lo largo del camino? ¿Reconozco que yo mismo soy mendigo delante del Señor? ¿Busco con confianza la misericordia de Dios, que siempre tiene piedad de mí?"
"¿Cómo miro yo a un mendigo? ¿Lo ignoro o lo miro como Jesús? ¿Soy capaz de entender sus preguntas, sus gritos de ayuda? Cuando le das una limosna, ¿le tocas la mano para sentir su piel?"
"Me uno a la amada iglesia de San Cristóbal de las Casas de Chiapas, que llora por el padre Marcelo Pérez, asesinado el domingo pasado. Un gran servidor del Evangelio y del pueblo de Dios. Su sacrificio, como el de otro sacerdotes, que vivan en paz"
"Me uno a la amada iglesia de San Cristóbal de las Casas de Chiapas, que llora por el padre Marcelo Pérez, asesinado el domingo pasado. Un gran servidor del Evangelio y del pueblo de Dios. Su sacrificio, como el de otro sacerdotes, que vivan en paz"
"Es Jesús quien se acerca a ti en la persona de ese pobre. Por favor, no hagamos confusión. La limosna no es una beneficencia. El que más se beneficia de la limosna es el que la da". Decenas de miles de fieles se agolparon en torno a la ventana del palacio apostólico para, después de la misa de clausura del Sínodo, participar en el rezo del Angelus junto al Papa Francisco.
Tras el rezo, Bergoglio volvió a pedir oraciones por la paz en Palestina, Ucrania y Líbano, "que se ponga fin a esta escalada de violencia, y se ponga en primer lugar el respeto a la vida humana, que es sagrada". "Las primeras víctimas son la población civil. Demasiadas víctimas inocentes. Miramos cada día imágenes de niños masacrados, demasiados niños. Recemos por la paz", insistió.
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El pasaje evangélico de hoy, el del ciego Bartimeo, sirvió a Francisco para criticar a la "gente no tiene ojos para este ciego. Ninguna mirada de atención, ningún sentimiento de compasión".
"Bartimeo tampoco ve, pero oye y es oído", y por eso grita al saber que está Jesús al lado. Aquí, Francisco destacó tres aspectos. "el grito, la fe, el camino". En primer lugar, el grito de Bartimeo, que "no es solo una petición de ayuda. Es una afirmación de sí". Así, subrayó el Papa, "el ciego está diciendo: “Yo existo, miradme. Yo no veo, Jesús. ¿Tú me ves?”. Sí, Jesús ve al hombre mendicante, y lo escucha, con los oídos del cuerpo y con los del corazón".
"¿Cuántas veces ignoramos con la mirada a los mendigos que nos encontramos por la calle?", preguntó el Papa.
Del grito a la fe. "Vete, tu fe te ha salvado", dice Jesús. Y es que "Bartimeo ve porque cree; Cristo es la luz de sus ojos". Finalmente, el camino que Bartimeo, curado, hace siguiendo a Jesús. "El Señor le abre el camino y hace seguro su paso. El hombre que pide piedad recibe una gracia superabundante: el ciego no encuentra solo la vista, sino la dirección de la vida, siguiendo a Jesús". "¿Cómo miro yo a un mendigo? ¿Lo ignoro o lo miro como Jesús? ¿Soy capaz de entender sus preguntas, sus gritos de ayuda? Cuando le das una limosna, ¿le tocas la mano para sentir su piel?", improvisó el pontífice.
"El nombre de Bartimeo podemos sustituirlo con el nuestro: nosotros somos mendigos de salvación. Salvación del dolor, del pecado, de la guerra, de la muerte", clamó el Papa, quien invitó a los fieles a preguntarnos: "¿Veo a mi hermano mendigo a lo largo del camino? ¿Reconozco que yo mismo soy mendigo delante del Señor? ¿Busco con confianza la misericordia de Dios, que siempre tiene piedad de mí?".
Comprometidos por el diálogo y la paz
En los saludos posteriores, el Papa recordó que "hoy hemos concluido el sínodo de los obispos", y recordó que mañana se cumplirá el 60 aniversario de Nostra Aetate. "Sobre todo en estos tiempos de gran sufrimiento animo a los que están comprometidos por el diálgoo y la paz".
"Mañana se abrirá en Ginebra una importante conferencia de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Que este evento despierte la conciencia para que en los confictos armados sea respetada la dignidad de las personas y los pueblos, así como la integridad de los lugares de culto, observando el derecho internacional humanitario". "Es triste ver cómo en las guerras se destruyen hospitales y escuelas", lamentó
"Me uno a la amada iglesia de San Cristóbal de las Casas de Chiapas, que llora por el padre Marcelo Pérez, asesinado el domingo pasado. Un gran servidor del Evangelio y del pueblo de Dios. Su sacrificio, como el de otro sacerdotes, que vivan en paz", finalizó el Papa, quien mostró su cercanía a los afectados por un ciclón en Filipinas.
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